Editorial

¿Aún hay dudas?

Las vacunas universalmente distribuidas protegen a todas y todos. Incluso a quienes todavía persisten en el error de creer que la vacuna para Covid-19 no produce efectos positivos.

Por: Editorial Diario Concepción 23 de Febrero 2021
Fotografía: Carolina Echagüe

En el mundo entero, todavía hay quienes dedican tiempo y espacio para cuestionar la eficacia y la seguridad de las vacunas. Pese a la abrumadora cantidad de pruebas, evidencias y argumentos, aún existen los que dudan. En general, por desinformación.

Un breve recorrido por libros de historia entrega suficientes datos sobre la contribución del agua potable, de las vacunas y de los hábitos de higiene a la salud de la humanidad. Literalmente cambiaron el mundo. Fue a través de procesos de vacunación en masa, incluso obligatorios en algunos países, que se logró disminuir y a veces eliminar por completo los peligros de enfermedades como la poliomielitis, tétano, viruela, sarampión, hepatitis, rubeola y otras más. Las vacunas salvan millones de vidas todos los años. De hecho, hay enfermedades que vuelven a aparecer cuando la población deja de vacunarse, como el sarampión.

Todas las vacunas aplicadas en seres humanos pasaron por rigurosas pruebas en diferentes fases de ensayos clínicos. Y son evaluadas regularmente, dado que los investigadores siguen la información procedente de diferentes fuentes en busca de indicios de que una vacuna pueda tener efectos adversos. Hoy está demostrado que los efectos de las enfermedades son más frecuentes que posibles efectos adversos de las vacunas. La poliomielitis puede causar parálisis, mientras que el sarampión puede provocar ceguera. Algunas enfermedades prevenibles mediante la vacunación pueden ser mortales. Es decir, los beneficios de la vacunación superan largamente eventuales riesgos o efectos secundarios.

Es necesario contrarrestar la desinformación y desconfianza que los grupos antivacunas buscan instalar en la ciudadanía. Chile debe seguir con el proceso de vacunación que ha sido elogiado y copiado incluso por países con mayores recursos. Sólo así será posible alcanzar las metas de inoculación nacional que permitirán reducir los contagios y reactivar aspectos sociales, económicos y políticos de la vida nacional que hoy están en marcha lenta. Protegerse individualmente es el primer paso para proteger a quienes nos rodean. Las vacunas universalmente distribuidas protegen a todas y todos. Incluso a quienes todavía persisten en el error de creer que la vacuna para Covid-19 no produce efectos positivos.

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