Editorial

Precio del petróleo y la pandemia

La escasa fluctuación de precios en las bencineras tiene un componente positivo, dado que más recursos estatales debieron ser invertidos para minimizar los graves efectos económicos y sociales provocados por la crisis sanitaria.

Por: Diario Concepción 14 de Febrero 2021
Fotografía: Cedida

Esta semana el país tuvo que absorber otro incremento en los precios de los combustibles. De hecho, desde noviembre del año pasado hay alzas de precios de las bencinas. El último aumento, explicó la Empresa Nacional del Petróleo, se debe a “la regla de Precio Paridad de Importación, el Mecanismo de Estabilización de Precios de Combustibles (MEPCO), el Fondo de Estabilización de Precios del Petróleo (FEEP), y los mecanismos establecidos por la autoridad”.

En palabras simples, los impuestos aplicados en Chile tienen una importante incidencia en el valor final de los combustibles. En una estación de servicio en que la bencina de 93 octanos cuesta $868 por litro, el consumidor paga $88 de IVA y $248 de Impuesto Específico al Combustible.

Muchas personas se preguntan: ¿Con la caída del precio de crudo en abril de 2029 a niveles nunca vistos, por qué no colapsaron los precios de los combustibles en Chile? La respuesta: los famosos mecanismos de estabilización de precios, que en la práctica evitan alzas repentinas, pero que a la vez no reflejan las bajas meteóricas. Estos fondos se tradujeron en una danza de siglas que casi nadie entendió qué realmente hacían por los bolsillos de chilenas y chilenos. Primero fue el FEPP, reemplazado por el Fepco, luego por el Sipco, y hoy estamos con el Mepco.

Si bien el mundo fue testigo de caídas históricas en el valor del petróleo en los mercados internacionales, no hubo repercusión de ese desplome en los valores de los combustibles. El mecanismo de estabilización de precios de combustible (Mepco) tiene un sistema bastante lento de traspaso de lo que está pasando en el mundo real. Es decir, no hay mucho margen para ajustar a la baja pese a la menor demanda que hubo en todo el mundo desde el inicio de la pandemia.

En tal escenario, en que también impacta el valor del dólar, la diferencia de precios en los mercados internacionales y el precio final a los consumidores pudo representar una significativa recaudación para el Estado. La escasa fluctuación de precios en las bencineras tiene un componente positivo, dado que más recursos estatales debieron ser invertidos para minimizar los graves efectos económicos y sociales provocados por la crisis sanitaria. Al menos en este período de pandemia, esa explicación es bastante convincente.

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