Editorial

Entre la independencia y la importancia de las ideas

Por: Editorial Diario Concepción 03 de Noviembre 2020
Fotografía: La Tercera

Era sabido, o al menos se vislumbraba, que una vez concluido el plebiscito del 25 de octubre, entraríamos a una nueva etapa de definiciones políticas, particularmente relacionadas con las futuras elecciones municipales y regionales, comicios que se desarrollarán en abril del próximo año, pero con sendas primarias a fines de noviembre. Y si bien así ha ocurrido, con disputas al interior de algunos bloques y anuncios de candidaturas, no es menos cierto que el contundente triunfo del Apruebo y la Convención Constitucional igual ha puesto el foco del debate en los eventuales postulantes a redactar la futura Carta Fundamental.

En ese contexto, es al menos curioso que los principales nombres que aspiran a ser constituyentes hayan surgido de los partidos políticos (Biobío no ha sido la excepción), ello considerando que fue la ciudadanía quien cerró la puerta de forma categórica a una Convención Mixta, que incluía justamente a las colectividades, a través de representantes del Congreso Nacional. Por ello, quizás no sea extraño que la petición popular se centre ahora en representantes legítimamente independientes, sin pasado partidario.

La solicitud, expresada en foros y variadas redes sociales es justificada si se observa a quienes asoman como inminentes cartas independientes en los próximos comicios municipales, la mayoría con pasado militante (y reciente). En todas las comunas de la provincia de Concepción hay al menos uno. La decisión para haber renunciado a la colectividad en la que alguna vez se militó pueden ser absolutamente justificada, ya sea por interés personal o por no seguir compartiendo un proyecto político y social. Pero, también, es evidente la desconfianza del ciudadano común que en los últimos 30 años ha visto políticos saltar de un partido a otro (los llamados díscolos).

De cara a la elección de constituyentes, si bien la independencia puede ser un aval para quienes no desean seguir perpetuando un modelo (a ojos de quienes son críticos de los partidos), no hay que perder de vista que esas eventuales cartas sin militancia igual tendrán opinión y posición política. Por tanto, y tal como lo han manifestado algunos movimientos y organizaciones, es probable que lo más importante sea discutir ideas. Preguntarse qué país queremos ser, podría ser un buen comienzo.

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