Editorial

Una constelación de satélites para Chile

Chile requiere avanzar en el desarrollo de tecnologías propias y para ello es necesario, entre otras tareas a mediano plazo, consolidar una institucionalidad espacial.

Por: Editorial Diario Concepción 22 de Octubre 2020
Fotografía: Archivo

Dentro de 10 años, Chile debería tener capacidades satelitales propias. Esa es la dimensión de la hoja de ruta anunciada a inicio de octubre y que consiste en la consolidación de un nuevo Sistema Nacional Satelital. El proyecto promocionado por el Gobierno busca la materialización de un Programa Espacial que sea un aporte al desarrollo científico y tecnológico nacional, para la defensa y la sociedad civil. En lugar de contar con un satélite (el actual Fasat-Charlie, que será reemplazado porque ha cumplido su vida útil), Chile contempla la incorporación de tres satélites que permitirán ampliar la información y el conocimiento del territorio nacional, como también en materias espaciales. Además, permitirá a Chile ingresar al modelo de economía espacial, una economía de servicios y equipos de alta tecnología que en conjunto generó negocios por 360 mil millones de dólares en 2018. El mayor volumen de ese mercado estuvo precisamente el campo de los satélites, según información de esa industria. Actualmente, hay más de 2.100 operativos en órbita.

Entre las muchas ventajas de que Chile ingrese en grande a esa industria, está la imprescindible tarea de establecer un modelo de Institucionalidad Espacial Nacional. Una institucionalidad colaborativa, con un marco normativo y presupuestario específico, permanente y complementario entre diversos ministerios para favorecer las capacidades espaciales nacionales. De hecho, el proyecto anunciado contempla la fabricación, lanzamiento y puesta en servicio de dos nuevos satélites de alta resolución, uno de los cuales será construido en Chile. También se contempla la construcción de otros siete microsatélites con participación de la industria nacional. Todas estas iniciativas apuntan al desarrollo científico y tecnológico chileno en el área espacial. Con el beneficio adicional de un acceso preferencial a otras constelaciones satelitales, lo que permitiría contar con una mayor gama de datos y a un menor costo.

Sin duda, el país requiere avanzar en el desarrollo de tecnologías propias y para ello es necesario, entre otras tareas a mediano plazo, consolidar una institucionalidad espacial. Todo orientado a integrar los distintos servicios públicos y la participación activa del mundo académico y del emprendimiento en materias espaciales. En 10 años, Chile podría convertirse en uno de los principales actores en el campo espacial, así como lo es actualmente en el campo de la astronomía.

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