Hay motivos más que suficientes para celebrar: logros importantes hacia el desafío permanente e inconcluso de ser más equitativo y justo, de tener un territorio con desarrollo armónico y de superar el centralismo sofocante.
Los historiadores confirman que fue a partir de 1830, aproximadamente, que comenzamos a celebrar el 18 de septiembre como la fiesta de la Independencia de Chile. De hecho, en los primeros años de nación libre se conmemoraba este hecho el día 12 de febrero de cada año, recordando la Batalla de Chacabuco, ocurrida en el extremo noreste del valle de Santiago en 1817. Pero fue solamente en 1915 cuando se estableció oficialmente la duración de los festejos: el 18 de septiembre en “Conmemoración de la Independencia Nacional”, y el 19 de septiembre para la “Celebración de todas las Glorias del Ejército”. Son dos de los cinco feriados obligatorios e irrenunciables del año.
A casi 200 años desde las primeras celebraciones iniciales, las Fiestas Patrias de 2020 encuentran al país inmerso en una pandemia que ha barrido el mundo, y ha provocado la implementación de medidas que imponen a todos un comportamiento distinto a otros años. La contingencia sanitaria condiciona los festejos, incluyendo restricciones al número de personas que pueden reunirse para celebrar, normas de distanciamiento y de desplazamiento de acuerdo con la particularidad de cada comuna. Y debido al aumento de casos de Covid-19, hay más de 50 comunas en cuarentena total en todo el país. En el Gran Concepción, 13 comunas están bajo esa condición. Todas estas medidas buscan minimizar los riesgos de contagio por coronavirus. Lo que menos se necesita es más personas con Covid-19, y por ello el llamado a celebrar las Fiestas Patrias con prudencia y a respetar las medidas de autocuidado.
Hay motivos más que suficientes para celebrar este nuevo cumpleaños de la Patria. Este 18 nos sorprende en tiempos expectantes, de grandes desafíos y de grandes cambios. Cambios que el país ha reclamado por décadas y que se han convertido en expresión cívica a través de millones de chilenos y chilenas. También logros importantes hacia el desafío permanente e inconcluso de ser más equitativo y justo, de tener un territorio con desarrollo armónico y de superar el centralismo sofocante.
Pese a la pandemia y sus efectos económicos, sociales y sanitarios, el país tiene razones para celebrar y lo hace en un contexto de autocuidado. Las Fiestas Patrias son el pretexto para la cooperación entre todos que hacen parte de una gran nación. Así comenzó esto hace casi 200 años.