Editorial

Peligro para la salud pública: la desinformación

Los contenidos engañosos confunden, inducen al error y se propagan en forma exponencial. La regla para vacunarse contra la información falsa sigue siendo la misma: revisar quién es el transmisor e identificar la fuente original de la información.

Por: Editorial Diario Concepción 20 de Agosto 2020
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Facebook generó 500 millones de visitas a páginas que comparten noticias falsas sobre salud. Eso fue solo en abril, según un estudio organizado por la ONG Avaaz. En 12 meses, la desinformación atrajo a 3.800 millones de visitas, indica el informe de la organización, que se ha centrado en fake news relacionadas con medicina y salud. Es decir, mientras el mundo trabaja para hacer frente a la pandemia, los métodos de la red social más popular del planeta no han logrado detener la propagación de información sanitaria falsa. Un hecho potencialmente peligroso y que pone en riesgo a millones de personas.

Avaaz, una organización que ejerce presión sobre temas que van desde el cambio climático hasta los derechos humanos, no acusa a Facebook de malas prácticas, y de hecho elogia a la compañía por sus intentos para ofrecer información veraz. La red social de Mark Zuckerberg ha generado 2.000 millones de visitas a las páginas de autoridades sanitarias, como la OMS. El problema es que el número de visitas a páginas con información falsa es muy superior a las páginas con información veraz. En palabras simples, la desinformación sanitaria puede ser una amenaza para la salud pública mundial. Como mínimo, entorpece los esfuerzos anticovid.

El informe declara: “Los estudios han demostrado que las comunidades anti-vacunación prosperan en Facebook, que la plataforma de redes sociales actúa como un ‘vector’ de creencias conspirativas que impiden que las personas se protejan durante el brote de Covid-19, y que las curas de salud falsas prosperan en la plataforma de redes sociales”.

Con todo, Facebook respondió diciendo que los hallazgos del estudio “no reflejan los pasos que hemos tomado”, señalando que aplicó etiquetas de advertencia a 98 millones de piezas de información errónea sobre Covid-19.

Como sea, los contenidos engañosos confunden, inducen al error y se propagan en forma exponencial. La regla para vacunarse contra la información falsa sigue siendo la misma: revisar quién es el transmisor e identifica la fuente de la información. No está demás la confirmación en los sitios oficiales de la fuente y no compartir la información en forma automática. Información no es sinónimo de conocimiento. A veces, es exactamente todo lo contrario.

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