El país tendrá una serie de elecciones en los próximos meses y, por ende, será clave proteger la ciudadanía de las noticias falsas, como también del tratamiento de datos personales de potenciales electores.
Un tweet sobre el conflicto Estado-Mapuches del diputado de RN, Cristóbal Urruticoechea, estuvo en el centro de la polémica este lunes. El parlamentario subió a la red una fotografía de una trampa de clavos con un texto afirmando que se trataba de una “Trampa vietnamita instalada en la casa de miembros de la CAM” y aseguró que había carabineros “heridos gravemente al asistir al procedimiento”. Sin embargo, la foto iba con un sello del sitio web “Alamy”, que es un banco de imágenes, y retrataba una trampa que fue utilizada en Vietnam.
El parlamentario reconoció el error, se excusó, pero quedó en evidencia, una vez más, como es sencillo enviar mensajes con falso contenido, y que un “tuit” puede causar estragos. Si no fuera por la marca del banco de imágenes, probablemente nadie habría desmentido el mensaje del diputado.
Muchas fake news circulan por redes con información errónea y se viralizan rápidamente en distintas plataformas. Según estudio de un equipo internacional de científicos sociales y expertos en enfermedades infecciosas, cuyos resultados fueron publicados en la revista “American Journal of Tropical Medicine and Hygiene”, desde diciembre de 2019 hasta principios de abril de 2020, se identificaron 2.311 informes de rumores, estigmas y teorías de conspiración en 25 idiomas de 87 países. Todos relacionados con la pandemia. Estas informaciones erróneas pueden provocar serios daños a la comunidad.
En el Congreso Nacional tramitan varios proyectos que buscan regular la materia. El país tendrá una serie de elecciones en los próximos meses y, por ende, será clave proteger la ciudadanía de las noticias falsas, como también del uso que se hace de los datos personales de potenciales electores. Por lo mismo, parlamentarios de distintas tiendas políticas han impulsado iniciativas que sancionan con penas de presidio menor, en su grado mínimo a medio, y multas que pueden llegar a 5 millones de pesos.
No está demás que se promuevan normativas para eliminar o al menos restringir los casos de noticias falsas y uso inadecuado de datos personales. Pero es poco factible asumir que las leyes podrán exterminar por completo una práctica que tiene muchas formas de mantenerse. De acuerdo con los especialistas, la manera más efectiva de combatir el mal uso de la información es la pedagogía al ciudadano. Personas mejor informadas están más preparadas para discernir.