Editorial

La meta de equilibrio inflacionario

Una inflación demasiado baja podría convertirse en problema. De hecho, el bajo IPC en Chile no es solamente el resultado de un control de precios de los productos básicos, sino que también producto de los bajos niveles de crecimiento.

Por: Editorial Diario Concepción 11 de Agosto 2020
Fotografía: Diario Concepción

Al menos en materia macroeconómica, la semana anterior generó cierto alivio para el país. El IPSA cerró el viernes en 4.000,3, con una caída semanal de 0,4%. Si bien no fue precisamente un índice al alza, la caída en el mercado bursátil fue bastante menor a muchos pronósticos, que anunciaban una debacle debido a las solicitudes de retiro del 10% de las AFP. Por lo mismo, el dólar cerró el viernes en $787, registrando un alza semanal de 3,9%. A su vez, el Imacec de junio registró una caída de 12,4%, es decir, un descenso menor a lo previsto por los mercados. Y la inflación se mantuvo con una variación de 0,1%, destacando incrementos en los precios del pan (3%), pisco (5,4%) y cigarrillos (2,1%). Así, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumula 1,3% en lo que va del año y un alza a doce meses de 2,5%, según informó el Instituto Nacional de Estadísticas.

La tendencia desinflacionaria, motivada por la debilidad de la demanda interna, un dólar estable y algunos precios que no han variado en forma significativa, es una buena noticia, puesto que abre espacio para que el Banco Central pueda actuar con más holgura para incrementar la alicaída economía nacional. En un contexto de pandemia, menos movilidad y demanda de productos y servicios, muchos han ajustado los precios a la realidad actual. Así fue con gimnasios y los colegios, entre otros, que bajaron las cuotas mensuales para mantener algunos ingresos permanentes. La caída en el costo de vida favorece a familias que han visto reducir sus ingresos.

Pero una inflación demasiado baja podría convertirse en problema. De hecho, el bajo IPC en Chile no es solamente el resultado de un control de precios de los productos básicos, sino que también producto de los bajos niveles de crecimiento. Algunos economistas han advertido el peligro: La baja inflación quizás no alcance a compensar el daño económico generado por la pandemia. El bajo crecimiento, explicado por distintos factores de la actualidad en la pandemia, se traduce en quiebras de empresas y destrucción de empleos. Además, el combate a los efectos socioeconómicos ha implicado en incrementos del gasto público, lo que finalmente se traducirá en mayor deuda y balances poco favorables al erario fiscal. Es un escenario complejo en que deben combinarse las políticas fiscales y monetarias para que el país no sufra un brote de crisis económica luego de vencer la pandemia.

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