Sería un error admitir que la violencia doméstica - como también otros delitos- disminuye debido al descenso de las denuncias. El aislamiento dificulta la solicitud de ayuda y la denuncia.
Las estadísticas entregadas por el Ministerio Público sobre la violencia delictual en pandemia dejan muchas inquietudes. La primera es que han aumentado los homicidios: un 44% en el ámbito nacional y un 35% en la Región del Bío Bío. Se comparó el primer semestre de 2020 con el mismo período de 2019. Unas de las tesis que buscan explicar ese fenómeno afirma que el mayor número de muertes se debe a los ajustes de cuentas entre bandas del narcotráfico, apremiadas por la escasez de drogas debido a las medidas restrictivas implementadas para combatir el coronavirus.
A la vez, los datos del Ministerio Público indican una caída en los delitos contra la propiedad y una disminución de las denuncias por violencia intrafamiliar en Chile. Ese escenario plantea una incógnita, porque en todo el mundo se registra un aumento de las denuncias por violencia doméstica durante la pandemia. Hubo un salto en el número de casos en China, Estados Unidos, España, Reino Unido, Francia, Alemania, Brasil, Argentina, Australia, y un largo etcétera.
Según los reportes de la ONU, la violencia doméstica se incrementó en un 20% donde la población está sometida a confinamiento. Las circunstancias de reclusión doméstica potencian los factores de abusos y de violencia individual y social, incluso porque el aislamiento dificulta la solicitud de ayuda y la denuncia.
La violencia doméstica era un problema grave antes de la llegada de la Covid-19. Datos de la ONU Mujeres indican que, en tan solo 12 meses, más de 240 millones de mujeres y niñas (de edades entre 15 y 49 años) de todo el mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de un compañero sentimental. Lo más probable es que esta cifra siga en ascenso durante la pandemia, aunque las denuncias no transparenten esa realidad. Los especialistas estiman que los casos de abuso intrafamiliar sigan ocurriendo una vez superada la pandemia, dado el sentimiento de pérdida de control por parte de los agresores.
Sería un error admitir que la violencia doméstica – como también otros delitos- disminuye debido al descenso de las denuncias. Lo anterior impulsar a reforzar las líneas de ayuda, las campañas en los medios, los planes de contingencia para enfrentar una infección que corre en paralelo al coronavirus.