Editorial

Privilegios y responsabilidades

Los cargos políticos y de autoridad pueden traer privilegios asociados, pero también costos y grandes responsabilidades. Una de ellas es la entrega de buenos ejemplos para la ciudadanía.

Por: Editorial Diario Concepción 03 de Julio 2020
Fotografía: Agencia UNO

Se lo decía Julio César a su mujer: no solo hay que serlo, sino que parecerlo. Así, con ese recordado dicho histórico, se refirió Enrique Paris a la cuestionada salida del Presidente de la República para comprar vinos en una botillería. Pese al corto tiempo como ministro de Salud, y quizás por lo mismo, tuvo la audacia de emitir una reprimenda pública: “A lo mejor el Presidente se va a molestar, pero lo voy a decir: creo que hay que medir la consecuencia de los actos”.

La declaración del ministro Paris recibió la censura de partidarios del gobierno e incluso la justificación de que el Presidente tiene autoridad y la facultad para movilizarse en un Estado de Catástrofe. Además, sostuvo un senador, comprar vino “no es un pecado”.

Es cierto: el Presidente de la República tiene el derecho de salir a comprar alimentos o bebidas, como cualquier otra persona. También es cierto que tiene prerrogativas especiales, acordes con el cargo de máxima autoridad del país. Pero es cuestionable que en una comuna en cuarentena el Presidente de la República -y toda su comitiva presidencial- se tome la libertad de ir a un local de venta de vinos cuando toda la ciudadanía debe guardar confinamiento. Como mínimo, una acción carente de tacto por parte de la autoridad.

Nuevamente vuelve a la palestra el ejemplo que debe venir de las autoridades políticas. Hace poco más de un mes fue noticia el hecho de que autoridades legislativas no respetaban los resguardos que ellos han recomendado a todo el país. Un brote en el Congreso determinó el cierre de actividades y obligó a distintas autoridades a cumplir cuarentena. Hoy el país ya sabe que hay, al menos, una situación de reinfección por coronavirus en la Cámara Alta.

En el caso de la Presidencia, se acumulan los ejemplos poco edificantes y las polémicas en que se ha envuelto el Presidente: la Pizza del 18 de octubre, las fotos en Plaza Italia, el funeral de Bernardino Piñera, entre otras.

Los cargos políticos y de autoridad pueden traer privilegios asociados, pero también costos y grandes responsabilidades. Una de ellas es la entrega de buenos ejemplos para la ciudadanía. No aceptar esta condición conlleva al dominio de una ética difusa y despistada, en que lo más importante es parecerlo, sin en realidad serlo. Todo lo contrario de lo que se espera de los gobernantes de una nación.

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