Editorial

La cuestionada validez del Simce

El Simce es diseñado por técnicos que no conocen la realidad de las salas de clases. Con la suspensión del test, el Mineduc ha mostrado cierta flexibilidad. Quizás se haga más permeable a los aportes de la comunidad.

Por: Editorial Diario Concepción 19 de Junio 2020
Fotografía: Agencia UNO

El miércoles se confirmó que la Agencia de la Calidad de la Educación ha decidido suspender la prueba Simce que estaba programada para finales de este 2020. La decisión obedece a un contexto excepcional debido a la pandemia del coronavirus.En lugar de la prueba se aplicará una evaluación muestral voluntaria “cuya información permitirá conocer el estado de los aprendizajes de los estudiantes”.

La decisión de la Agencia de la Calidad de la Educación responde a los llamados del Colegio de Profesores, especialistas en educación y parlamentarios que habían solicitado la suspensión del examen, dado el contexto de pandemia. El Ministerio de Educación había reiterado la intención de no suspender el test y, de hecho, el 12 de mayo el Mineduc confirmó oficialmente su realización. Pero sin retorno a clases presenciales, todas las críticas apuntaron al instrumento de medición y la validez de sus resultados respecto al aprendizaje de los escolares.

La pandemia trajo muchas interrogantes en la esfera escolar. Hay incertidumbre sobre qué pasará con los estudiantes de 4° medio que deberían ingresar a la universidad, como también hay dudas respecto a los liceos técnicos profesionales que deberían realizar prácticas profesionales. Promoción automática, sin repitencia, evaluación diferenciada son algunas de las sugerencias de los agentes de educación. Pero hay un gran número de temas sin resolver, y el país avanza a concluir el primer semestre escolar. Queda pendiente los detalles de cómo se realizará la evaluación muestral que se ha anunciado, y qué pasará con los 20 mil millones de pesos que serían destinados a la realización de la prueba Simce este año.

Los investigadores, especialistas y académicos han insistido que la Simce, tal como está diseñada, tiene poca utilidad. “Se gastan muchos recursos, las salas de clases se transforman en meros entrenamientos de estas pruebas, los alumnos que no tienen la base de aprendizaje no aprenden y nadie se hace responsable de esta situación”, advirtió la educadora Verónica Abud, directora ejecutiva de la Fundación La Fuente. El Simce es diseñado por técnicos que no conocen la realidad de las salas de clase, dicen los agentes de educación, pero son los que deciden qué deben enseñar los profesores y qué deben aprender los escolares. Con suspensión del test, el Mineduc ha mostrado cierta flexibilidad. Quizás esté más permeable a los aportes de la comunidad.

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