Además de invertir en fuentes de Energía Renovable No Convencional, es fundamental aumentar la eficiencia de los proyectos para que la decisión de cerrar una central no se traduzca en costos para la población.
Una muy buena noticia recibieron los habitantes de Coronel: la italiana Enel informó que ha decidido adelantar el cierre de las centrales Bocamina I y II, las últimas generadoras a carbón que el conglomerado posee en Chile. Para concretar esta medida, la compañía solicitará a la Comisión Nacional de Energía que se autorice el retiro final, desconexión y cese de operación de Bocamina I (128 MW) a más tardar el 31 de diciembre de 2020, y de Bocamina II (350 MW) a más tardar el 31 de mayo de 2022. En la práctica, Bocamina deja de operar 18 años antes de lo acordado con las autoridades de Gobierno, y que estaba previsto en un plan de descarbonización que fue anunciado en julio del 2019. Según el plan, Chile quedará sin las actuales 20 centrales termoeléctricas a carbón en 2040.
Se desconoce las razones de Enel para acelerar el cierre de la planta de Coronel, pero definitivamente es una decisión positiva y que va en linea con los avances tecnológicos para generación de energía eléctrica y con el cuidado del medio ambiente. Y de paso contradijo a la la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, que durante la interpelación de la cual fue objeto en la Cámara de Diputados descartó adelantar el cierre total de las termoeléctricas antes de 2040. Es posible entonces que las denominadas “zonas de sacrificio” sean extintas antes de lo previsto en los planes oficiales.
Bío Bío tiene un gran potencial para otras matrices de generación. El potencial solar, tomando en cuenta proyectos en evaluación, aprobados y en construcción, alcanza una potencia de 253 MW, equivalente al 5% de la matriz eléctrica regional. Aproximadamente dos centrales a carbón como Bocamina 1, y lo suficiente para cubrir la demanda de los clientes regulados de Concepción, San Pedro de la Paz y Chiguayante, según aseguró a este medio el seremi de Energía, Mauricio Henríquez.
Además de invertir en fuentes de Energía Renovable No Convencional, como solar y eólica, es fundamental aumentar la eficiencia de los proyectos para que la decisión de cerrar una central no se traduzca en mayores costos para la población. El cierre de una central conlleva la construcción de nuevas líneas de transmisión para evacuar la energía desde el nuevo punto de generación a los centros de consumo, advirtió el investigador de la UdeC, Claudio Roa. Las autoridades deben estar atentas a estas materias.