Son las personas que están haciendo un aporte silencioso en esta crisis sanitaria. Que han realizado tareas esenciales y que van en beneficio de toda la comunidad.
Mantener el aislamiento social -que en la práctica significa distanciamiento físico- es una de las principales medidas recomendadas para frenar el contagio por el coronavirus. Quedarse en la casa es una opción viable para muchos, con grandes posibilidades de teleducación y teletrabajo.
Sin embargo, no todos pueden optar por ejecutar sus labores a distancia, puesto que hay servicios y tareas esenciales y que obligan a miles de trabajadores a abandonar sus hogares para desempeñarse en áreas como salud, transporte, seguridad, servicios sociales y muchas más. Un gran número de ciudadanos deja a sus familias diariamente para garantizar que el país siga funcionando. Son los responsables por mantener los centros de distribución de alimentos abastecidos y que los productos estén a disposición de todos. Son trabajadores en sectores esenciales, fundamentales en períodos de normalidad e imprescindibles en un estado de emergencia, cuando suelen ocurrir las “compras de pánico” siempre que se decretan mayores restricciones de circulación.
Igualmente imprescindible es el trabajo desarrollado por Bomberos, institución que ha tenido intensa actividad en la última semana en Bío Bío. También hay que reconocer el valioso trabajo de quienes peregrinan por la zona del Alto Bío Bío para ayudar con provisiones a comunidades pehuenches que se encuentran aisladas. Están, además, los que ayudan y acogen a los pacientes con enfermedades crónicas. Los que se dedican a acompañar a las personas de la tercera edad que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Los que recorren las calles a diario para la recolección de los residuos domiciliarios.
Son los verdaderos héroes anónimos, los que están haciendo un aporte silencioso en esta crisis sanitaria. Realizan charlas online en contra de la violencia hacia la mujer. Entregan todo tipo de encomienda, de cartas a productos importados, desde el pedido del supermercado hasta el sushi comprado en el negocio de barrio.
Son las personas que de forma anónima han realizado tareas esenciales y que van en beneficio de toda la comunidad. Ellos también están en la línea de frente de servicios esenciales y no siempre reciben el reconocimiento, pese a que, con urgencia sanitaria o no, son siempre indispensables.