Editorial

Educación en la pandemia

En esta crisis sanitaria, la educación no puede estar relegada a un segundo plano, pese al inmenso impacto sanitario y económico generados por la propagación del Covid-19.

Por: Editorial Diario Concepción 04 de Abril 2020
Fotografía: Agencia UNO

El lunes 6, la Universidad de Concepción dará inicio al primer semestre 2020 con clases no presenciales y un periodo de marcha blanca de dos semanas. Para los primeros días, se ha programado los primeros contactos para la definición de horas de atención, tutorías, foros, y el acercamiento no presencial con interacción docente-estudiante. En la segunda etapa, se profundizará la experiencia en el uso las plataformas tecnológicas disponibles para cada curso. De esta manera, la Universidad de Concepción pone el foco en la continuidad del proceso de aprendizaje, pese a las dificultades impuestas por la pandemia.

Iniciativas de esta naturaleza son muy necesarias. En la actual crisis sanitaria, la educación no puede estar relegada a un segundo plano, pese al inmenso impacto sanitario y económico generados por la propagación del Covid-19. En el sistema escolar, la suspensión de las clases presenciales fue igualmente necesaria. Las instituciones educacionales han enfrentado el reto de mantener la enseñanza y sin perder de vista que la meta debe ser una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos los educandos.

Tal objetivo puede exigir labores titánicas en las escuelas más vulnerables y de menos recursos. La propagación del virus impone barreras e limitaciones que podrían afectar de manera significativa a los escolares en áreas concretas, como aprendizaje, nutrición y seguridad. Para alumnos y alumnas pertenecientes a comunidades educativas desfavorecidas, hay menos oportunidades fuera de las aulas. Es necesario, entonces, impulsar acciones coordinadas e innovadoras para crear soluciones que ayuden a alumnos, alumnas y docentes. Hay iniciativas motivadoras y que entregan ejemplos a seguir, como alianzas entre editoriales, organismos estatales, portales educativos y canales de televisión abierta.

Pero falta mucho por avanzar en la distribución de material pedagógico en forma gratuita y accesible para todas las comunidades. Requiere un esfuerzo coordinado y que comienza con la convicción política que es necesario y urgente. Es un compromiso que el país está en condiciones de asumir.

Pese al confinamiento, desde las universidades, se ha demostrado que hay herramientas para colaborar con la emergencia sanitaria y apoyar a estudiantes que permanecen en sus casas.

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