Las llamadas fake news en una crisis sanitaria, que ya es global, son peligrosas. Pueden inducir a comportamientos y posturas equivocadas, y que ponen en riesgo a toda la comunidad.
El “padre” del coronavirus en Europa dijo esta semana: “Es realmente peligroso. Estamos sólo al principio”. Antonino Di Caro es el director del Laboratorio de Microbiología del Hospital Lazzaro Spallanzani de Roma, y es un veterano experto en virus y enfermedades emergentes. Busca una forma de luchar contra el COVID-19 y trata de mostrarse optimista: “Seremos capaces de hallar un tratamiento o una vacuna”.
El comentario que infunde esperanza, tras el sombrío diagnóstico de que lo peor aún está por llegar, ha sido la tónica en las declaraciones de los especialistas, gobiernos, en los medios y redes sociales. Ocurre que el mundo está en pleno proceso de aprendizaje de cómo abordar la pandemia del COVID-19. Por tratarse de una nueva mutación del coronavirus, las medidas de mitigación de riesgos, los posibles fármacos en desarrollo, las decisiones y estrategias para controlar la propagación están envueltas en interrogantes.
Pero hay certezas. La más recomendable, tanto por especialistas, gobiernos, y la propia Organización Mundial de la Salud es que es necesario respetar e intensificar el aislamiento social.
Sin embargo, también se registran grandes cantidades de noticias falsas a través de las redes sociales. Supuestos comunicados de organismos de salud, noticias apócrifas que mencionan antídotos al COVID-19, relatos de hospitales abarrotados de pacientes infectados. Del mismo modo, proliferan críticas y debates respecto a “medidas exageradas” dispensadas a la pandemia en Chile.
Las llamadas fake news en una crisis sanitaria, que ya es global, son peligrosas. Pueden inducir a comportamientos y posturas equivocadas, y que ponen en riesgo no solo a los sujetos de tales acciones, sino que a toda la comunidad.
Constatar estos hechos refuerza la importancia de la información veraz y oportuna, relevante y debidamente tratada por personas que están acostumbradas a diferenciar lo que es real de lo que no pasa de divagación, mitos e historias imaginarias. Esclarecer lo falso y lo verdadero no siempre es atribución o tarea de aplicativos en redes sociales. Más que nunca es fundamental: “CuidémonosEntreTodos.