“Estamos obligados a buscar soluciones alternativas para realizar nuestro trabajo diario, a cuidar sin delegar a nuestros hijos e hijas, y de paso volver a ser familia”.
En solo 48 horas, la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19 (Coronavirus) ha alertado a cientos de miles de chilenos y chilenas respecto de las insospechadas consecuencias que podría producir su contagio masivo para toda la población del país.
Como se vio en los últimos dos días, de 75 casos declarados el domingo recién pasado, la cifra se duplicó alcanzando 156 infectados en solo 24 horas, registrándose la mayoría de dichos casos en la Región Metropolitana. Tras ello, las autoridades informaron sobre el avance de fase 3 a 4, la más alta para este tipo de emergencia sanitaria.
Nuestra sociedad, todavía bajo el impacto que ha provocado la denominada crisis social que se ha extendido por 5 meses, debe enfrentar ahora un problema de índole global como es la extensión de esta pandemia.
De cualquier forma, pareciera que ciudadanos y ciudadanas, tal vez por los aprendizajes asociados con catástrofes naturales que suelen asolar el territorio nacional, muestran un sentido común y reaccionan rápidamente. Ello es lo que se apreció el fin de semana cuando se observó a la población abasteciéndose en los principales supermercados, intuyendo lo que ocurriría ayer, casi simultáneamente a los comunicados de escuelas, colegios e instituciones de educación superior que anunciaban la suspensión de clases para los estudiantes.
Es el mismo sentido común colectivo el que debe extenderse para impedir que aumente la curva de contagio del virus. A las medidas básicas que toda persona ya ha conocido a través de las recomendaciones del Ministerio de Salud, ampliamente difundidas por instituciones y medios de comunicación, se suma la importancia de evitar al máximo la circulación de personas en lugares públicos como una medida para prevenir el contagio y, con ello, la propagación acelerada del virus.
Tal como lo ha señalado la psicóloga italiana Francesca Morelli, en un mensaje que se ha viralizado en redes sociales estos últimos días, estamos obligados a buscar soluciones alternativas para realizar nuestro trabajo diario, a cuidar sin delegar a nuestros hijos e hijas, y de paso volver a ser familia, a mudar el individualismo exacerbado por un sentido de ayuda al prójimo. En definitiva, a ser parte de una causa mayor en la que a cada uno le corresponde ser responsable.