Es especialmente relevante el empoderamiento de la mujer a través de un quehacer esencialmente colectivo.
La conmemoración del Día Internacional de la Mujer, si bien constituye una fecha que regularmente muestra alta convocatoria, este año la marcha de movimientos, agrupaciones y colectivos de mujeres, anunciada para este lunes 9 de marzo, presenta una singular característica: será la primera actividad multitudinaria del 2020, en el marco del estallido social iniciado en octubre pasado y del plebiscito convocado para el domingo 26 de abril. De hecho, el propio gobierno ha estimado una participación de 600.000 mujeres solo en Santiago.
Esta conmemoración muestra diferencias también por otras razones que se han venido sumando a lucha de las mujeres en los últimos años. Ya se aprecia la implementación de políticas públicas que buscan que el maltrato hacia las mujeres en todas sus formas sea investigado, aclarado y sancionado, y el reconocimiento del concepto legal de femicidio, debido a las tristes cifras de mujeres asesinadas en el país cada año. A lo anterior se agregan importantes avances: la recientemente promulgada Ley Gabriela, que busca ampliar la tipificación del delito de femicidio, además de la paridad de género, en instituciones públicas y privadas, como también en agrupaciones políticas y sociales.
Justamente, esta semana, ambas cámaras despacharon una ley de paridad de género en caso de aprobarse una nueva constitución, aunque solo operará en plenitud siempre y cuando el apruebo incluya una mayoría que se incline por Convención Constitucional.
Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer en la búsqueda de igualdad de derechos para las mujeres. Solo a modo de ejemplo, y tal como muestran las páginas de esta edición, Chile ocupa el 5° lugar en el mundo entre las naciones con mayor diferencia de sueldos entre géneros, con una brecha salarial de 200.000 pesos en favor de los hombres. Los mayores intereses que cobra la banca a las mujeres por un mismo crédito les obliga a pagar hasta un 12% más. Qué decir de los planes de salud que históricamente han sido más caros para las mujeres.
Es crucial entonces continuar avanzando y, en ese sentido, es especialmente relevante el empoderamiento de la mujer a través de un quehacer esencialmente colectivo, como el que seguramente volverá a expresarse este 9 de marzo.