Bajar los niveles de obesidad y que cada persona integre hábitos saludables, de actividad física y de alimentación, es una tarea conjunta entre las autoridades y la propia ciudadanía.
La Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deporte 2018, en Población de 18 años y más, cifró en un 81,3% a quienes son inactivos físicamente, entendiéndose como activos a quienes realizan ejercicio o deporte de forma intensa 75 minutos a la semana o de manera moderada por 150 minutos en el mismo periodo.
En el estudio, además, se establece que 7 de cada 10 chilenos no realiza ningún tipo de actividad física. Al hacer el desglose por regiones, un 69,4% de la población de Bío Bío fue definida como inactiva físicamente. En paralelo, en octubre de 2018, de acuerdo al registro de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Chile se ubicaba como el segundo país Ocde con mayor tasa de obesidad, con un 34,4% de la población sobre 15 años con esta enfermedad.
Cifras que entregan un diagnóstico más que preocupante, sobre todo, tomando en cuenta otros factores. Uno de ellos es el uso excesivo de la tecnología en los menores de edad, que privilegian ocupar su tiempo libre y de ocio en dispositivos electrónicos en vez, por ejemplo, en efectuar actividades al aire libre. Otro, sin dudas, es la alimentación, donde buena parte de la ciudadanía basa sus comidas principales en alimentos poco saludables, lo que tiene peores efectos al tratarse de personas en su mayoría inactivas físicamente.
Un panorama que tiene otro ingrediente negativo con la entrada en vigencia del programa educacional que le dará el rótulo de optativo al ramo de Educación Física. En diciembre de 2019, también, se dieron a conocer los resultados Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deportes, en población entre 5 y 17 años, cifró en 48,4% a los inactivos, indicador que sube al 60% tomando el segmento entre 13 y 17 años.
Bajar los niveles de obesidad y que cada persona integre hábitos saludables, de actividad física y alimentación, es una tarea conjunta entre las autoridades y la ciudadanía. Ello, porque no se saca nada con impulsar programas como Elige Vivir Sano o Crecer en Movimiento, orientados a crear conciencia en estos ámbitos, si no hay un esfuerzo desde la propia familia en cambiar esta realidad. Es un deber de todos ayudar este proceso, sobre todo, en los más chicos, pues mientras antes se adopten estas costumbres más rápido se podrán modificar estas alarmantes cifras en estudios y encuestas.