Editorial

Mirada crítica a la capacitación para el trabajo

La capacitación debe estar en armonía con las necesidades reales, en directa relación con la capacidad de competir, y con las futuras competencias para trabajos que por ahora no existen.

Por: Editorial Diario Concepción 21 de Septiembre 2019
Fotografía: Raphael Sierra P,

Además de polémica por resolver sobre el número de horas que debiera trabajarse al día, con poca claridad o acuerdo respecto a su eventual impacto en la producción, o en el futuro mediato en los puestos de trabajo, o el nivel de remuneraciones, conviven otras situaciones de inmediata preocupación; como las competencias laborales.

Las señales no pueden ser más evidentes, el mundo laboral está siendo sometido a revisión, por todos los flancos, desde los derechos de los trabajadores, desde la competencia por los mercados hasta la productividad y la innovación, tópicos que gravitan fuertemente para definir los futuros escenarios económicos a cualquier nivel y en todos los ámbitos, desde la pequeña empresa a las transnacionales. Sin embargo, en la última línea, el punto de apoyo está en la capacidad de las personas para adaptarse a ese nuevo universo.

En razón de lo anterior, la capacitación de los trabajadores es absolutamente indispensable ante la velocidad de los cambios y el progreso de la tecnología. Esa capacitación debe estar en armonía con las necesidades reales, en directa relación con la capacidad de competir, en calidad y precio, en eficiencia y confiabilidad. De igual modo, las competencias para el trabajo de las próximas décadas, formas de trabajo que en este momento no existen, pero que se vislumbran, en reemplazo de trabajos tradicionales que ya no serán necesarios.

El ministro del Trabajo, se ha referido a este punto del modo más pragmático, al criticar justamente la manera como el Estado ha tratado de capacitar a los trabajadores chilenos. La evaluación del desempeño e impacto del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, es de todas manera necesaria, su fin último se ha descrito en el objetivo de aumentar la competitividad de las empresas y la empleabilidad de las personas, lo que se quiere conseguir mediante la capacitación e intermediación laboral, ligados a un proceso de formación permanente.

Para el ministro, las metas están lejos de alcanzarse, por el contrario, en su diagnóstico, la capacitación no responde a las competencias necesarias para el mundo actual y del futuro muy próximo y echa en falta la correspondencia entre las demandas laborales y la formación de los trabajadores. El Ejecutivo ha señalado en su oportunidad que “ la capacitación que hace no tiene ningún impacto, ni en la empleabilidad, en la posibilidad de encontrar trabajo a quienes se capacitan, ni en los salarios de quienes se capacitan”.

Sin embargo, el asunto más relevante sigue siendo la pertinencia, el aseguramiento que la capacitación sea útil y efectiva, con visión de futuro, para tener el recurso humano que hace falta para el desarrollo del país, para aumentar la empleabilidad y la calidad del trabajo, incluyendo a los adultos mayores, muchos con capacidades intactas que no tienen acceso a las capacitaciones que les permitirían agregarse a la productividad nacional.

No puede obviarse el hecho concreto que las tecnologías exigen nuevas formas de capacitación, que en la realidad cotidiana hacen falta técnicos calificados, con nuevas habilidades y competencias, el trabajo, las organizaciones, las personas están mutando hacia una nueva estructura. Las nuevas demandas incluirán el aprendizaje continuo, la capacidad para re-pensar y re-inventar el propio trabajo, la adaptación, la creación y la movilidad casi constante, un desafío presente e inevitable.

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