Editorial

Los desafíos de la tecnología para los profesionales de la salud

Con inteligencia artificial y robótica se podrían efectuar muchas intervenciones sin la participación directa de los facultativos, o prestando servicios mediante recursos propios de la telemedicina.

Por: Editorial Diario Concepción 12 de Julio 2019
Fotografía: Referencial

La tarea global de la OMS no se puede subvalorar, la iniciativa Objetivos de Desarrollo del Milenio, del año 2000, tuvo el propósito de situar la salud en el corazón del desarrollo. La misma organización, el medir avances trece años más tarde, observa, entre otros, que el número mundial de muertes de menores de 5 años se ha reducido de 12,7 millones en 1990 a 6,3 millones en 2013. En los países en desarrollo, el porcentaje de menores de 5 años con bajo peso se ha reducido del 28% al 17% y los casos existentes de tuberculosis están disminuyendo, igual que las muertes por esta causa.

Estas cifras de salud pública muestran grandes realidades comunitarias, pero no permiten describir los desafíos de la medicina ante los cambios sociales y tecnológicos, en una relación, no de colectivos poblacionales, sino de la interacción directa y próxima entre el médico y cada uno de sus pacientes, que está siendo sometida a una profunda transformación, al hacerse presente cada vez con más fuerza la tecnología, es así valedera la advertencia de McLuhan “Podemos hacer lo que queramos con los nuevos medios, excepto ignorarlos”.

Un publicación especializada, Panlar, con el título “La Medicina ante los Desafíos Tecnológicos”, comenta que no es accidental la presencia de los gigantes de la tecnología en grandes proyectos de salud y tecnología, que inviertan millones de dólares en iniciativas como el Healthkit y ResearchKit, para monitorear constantes vitales y la evaluación de estudios clínicos, de Apple, Calico para combatir el envejecimiento, de Google, IBM Watson, para manejo de la información en la nube, todos con el potencial y dinero para cambiar el futuro de la práctica médica.

En la misma publicación, se contrasta la tradición de los profesionales de la salud, caracterizada por seguir la tradición hipocrática, acoger el espíritu científico del cuestionamiento de lo que se hace y el casi reverencial soporte de las evidencias, con la evolución y convergencia tecnológica, un estado donde habrá convivencia entre la inteligencia humana y la artificial, creada por las computadoras, capaces de auto mejorarse o rediseñarse por sí mismas, previsto para algún momento entre el año 2030 y 2045 de este siglo.

Por otra parte, con inteligencia artificial y robótica se podrían efectuar muchas intervenciones sin la participación directa de los facultativos, o prestando servicios mediante recursos propios de la telemedicina, lo cual introduce aún dos otros elementos adicionales, el primero es el costo de la tecnología, que puede determinar la discriminación de los pacientes y, en segundo lugar, el cambio posiblemente negativo en la relación con las personas, el elemental y humano proceso de comunicación entre el paciente y el tratante.

En una publicación reciente del decano de la Facultad de Medicina de la PUC, se interroga el cómo mantener un equilibrio entre la adaptación a las nuevas exigencias que impone la tecnología y la sociedad y, simultáneamente, mantener la fidelidad a la vocación del médico y a los fines últimos de la medicina. Es un desafío mayor al que las facultades de las ciencias de la salud deben responder hoy, no mañana, el aseguramiento de la humanidad de la práctica, para no relegar la esencia de la medicina y el cuidado compasivo de los pacientes a un segundo plano, seducidos por un incesante y cada vez más perfecto avance tecnológico.

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