Editorial

Incumplimiento local de las normas de protección ambiental

Es necesario reconocer que todas las medidas, por duras que sean, han transformado el escenario de la interacción del hombre y el ambiente, ha pasado la hora de la absoluta irresponsabilidad, de la acción invasiva y depredadora.

Por: Editorial Diario Concepción 31 de Enero 2019
Fotografía: Archivo

Es imposible pensar que la intervención humana, no importa cuán buenas sean las intenciones, no deje una marca en el planeta, las más de las veces una mala marca, si el planeta ha logrado llegar hasta aquí no ha sido por la prudencia de nuestra especie, sino por su incapacidad para hacer más daño. Una limitante que hace un par de decenios ha dejado de estar, ahora la Tierra es cada vez más vulnerable. Urge encontrar un punto de equilibrio, una compleja relación, aurea mediocritas, entre la explotación y el cuidado.

No hay en realidad una alternativa, hay que buscar los medios para disminuir el daño ambiental, por la razón o la fuerza, ante la evidencia del daño creado, las zonas de sacrificio, las desgracias enormes con alto costo de vidas humanas por no respetar las señales, las normativas o la simple prudencia, por razones de lucro o desmedida ambición.

Para no buscar ejemplos foráneos, ya que hay suficientes en nuestro propio país, se puede recurrir a las estadísticas en esta materia. A nivel local, así, se ha descrito como contundentes las cifras de la Superintendencia del Medio Ambiente en la Región del Bío Bío, que figura segunda, tras Atacama, en multas asociadas a incumplimientos ambientales, por un monto total de 11.315 Unidades Tributarias Anuales, equivalente a unos $6.519 millones, con Coronel en primer lugar, como la comuna que posee más empresas multadas, abarcando el 85,5% del total regional, con 9.672 UTA: $5.572 millones.

Por otra parte, en lo relativo a procedimientos sancionatorios abiertos por el organismo fiscalizador, desde que comienza a operar en el año 2013, nuestra región exhibe 55 de ellos, es decir, el 7,2% del total en Chile. Encabeza Concepción con 14 procedimientos, Coronel y Los Ángeles con 10, seguidas por Penco y Arauco, con 5 y 3, respectivamente. En esta realidad hay que incluir a las unidades productivas fiscalizadas y empresas que han presentado programas de rectificación de situaciones de riesgo ambiental.

Es necesario reconocer, sin embargo, que todas las medidas, por duras que sean, han transformado el escenario de la interacción entre el hombre y el ambiente, ha pasado la hora de la absoluta irresponsabilidad, de la acción invasiva y depredadora, si todavía hay acciones de esa naturaleza, estas no se encuentran en un sector de la amnistía, sino en otro de fragilidad si son sorprendidas, ya que la comunidad está cada vez más consciente de la importancia de cuidar la naturaleza, si se espera que ella nos proteja a todos y permanezca útil y receptiva a la generaciones que nos sucedan.

La tecnología tiene un papel importante en esta materia, se ha instalado una fiscalización de Segunda Generación, para detectar con mucha sensibilidad, irregularidades de diverso tipo, por ejemplo, con el uso de drones, imágenes satelitales y sensores. Concepción fue elegida para la implementación de este nuevo modelo de fiscalización, realizándose la instalación de un sensor de medición remota, que entre otras materias, puede captar ruidos para ser monitoreados en línea.

Si bien es cierto, es una exigencia de mayor rigor, es la manera para lograr el desarrollo de proyectos a salvo de largos litigios que muchas veces terminan por cancelar proyectos indispensables. Es la nueva cultura de producción sustentable, ante la cual realmente no hay una opción razonable.

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