Editorial

Alteraciones cerebrales en consumidores jóvenes de marihuana

Para los científicos, las preocupaciones sobre el impacto de esta droga en la adolescencia están más que justificadas, ya que se ha demostrado que, aun en pequeñas dosis, ya se puede observar alteraciones en la función cerebral.

Por: Editorial Diario Concepción 25 de Enero 2019
Fotografía: Cedida

Nuestros jóvenes están, por lo general, de vacaciones, como una necesaria instancia de recuperación después de un duro año académico, las vacaciones son, entre otra cosas, espacios de libertad y el título de este editorial apunta justamente al uso de ese espacio personal, aunque por definición debiera ser propio.

Bienvenidas siempre, las vacaciones de los jóvenes tienen algunos lados oscuros, especialmente en el riesgo de algunas actividades que conocidamente han traído consecuencias negativas, por características de la misma juventud y sus perfiles universales; la concepción que cada joven tiene de su aparente invulnerabilidad, que le lleva a rechazar, por improbable, que sus actos puedan ser riesgosos, con malas o graves consecuencias, que parecen ocurrir sólo a los otros.

Sucede de esa manera con el consumo de drogas y alcohol, como en la conducción temeraria de vehículos, por tanto, con aún menos control de los adultos. Es posible que estos comportamientos se acentúen utilizando el ya descrito amplio espacio de libertad de las vacaciones.

Es particularmente necesario traer a la discusión el tema de la marihuana, toda vez que como producto de una amplia campaña de liberalidad, esta ha dejado prácticamente de ser considerada lesiva, sino como otro modo de inofensiva entretención, sin tomar nota de la evidencia acumulada de sus efectos altamente perjudiciales. Para los expertos no hay duda alguna; no existe un consumo seguro de cannabis.

El consumo de marihuana por parte de adolescentes, incluso en pequeñas cantidades o de manera esporádica, ya supone una alteración en su cerebro. Según un estudio multicéntrico publicado hace algunos días, este efecto se da sobre todo en la zona de la amígdala cerebral, asociada al miedo y otros procesos vinculados a las emociones, así como en el hipocampo, involucrado en el desarrollo de la memoria y las habilidades espaciales.

Para los científicos, las preocupaciones sobre el impacto de esta droga en la adolescencia están más que justificadas, ya que se ha demostrado que, aun en pequeñas dosis, ya se puede observar alteraciones en la función cerebral.

Investigadores de diferentes centros en EE.UU., Australia y Europa analizaron a través de resonancias magnéticas el cerebro de jóvenes de 14 años, que sólo habían probado marihuana una o dos veces en su vida. Al contrario de lo comúnmente se cree, que el bajo consumo no tendría ningún impacto, una publicación en The Journal of Neuroscience indica que incluso una pequeña cantidad de consumo se asocia a un aumento del volumen de la sustancia gris en ciertas áreas del cerebro. Como en la adolescencia se optimizan las conexiones neuronales “que haya un aumento de la sustancia gris significa que estas conexiones no están siendo optimizadas o lo hacen de manera menos eficiente”.

A diferencia del alcohol, donde existe mucha evidencia sobre cuál es el consumo de bajo riesgo, no hay certeza sobre la marihuana, en ese aspecto es similar al tabaco, en donde existen suficientes datos que muestran que no hay un consumo de bajo riesgo.

También en vacaciones hay más tiempo para conversar las cosas de nuevo, en todas las familias tenemos que poner ese punto en la conversación cotidiana, no sirve el no darse por aludido.

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