Editorial

Las largas dudas sobre el precio de los medicamentos

Por: Editorial Diario Concepción 29 de Septiembre 2018
Fotografía: La Tercera

Ha dejado de ser una sospecha de la ciudadanía, para transformarse en certeza, el hecho que los precios de los medicamentos en Chile tienen un amplio espacio para las explicaciones, empezando por el principio de definir si son productos para las libres leyes del mercado o hay algunas reservas al estar relacionados con la salud y la vida de las personas.  Si se trata de productos superfluos,  o de primera necesidad.

Es una consideración interesante, porque uno de los deberes del Estado es asegurar que determinados bienes estén al alcance de todos, en este caso, por un principio elemental de equidad y ética ante la enfermedad. Es por eso que en muchos países el precio de los medicamentos es seguido muy de cerca y hay una variedad de medidas para asegurar que sean accesibles, entre ellas la vigilancia de los estándares y los costos de producción, para evitar que se especule con la salud de las personas, que se obtenga provecho del dolor o la enfermedad, que la salud sea considerada otro bien negociable y abusivamente remunerativo, teniendo a la vista la inexistencia de opciones.

El mes pasado se dio a conocer el estudio de IQVIA, una compañía multinacional que presta servicios a las industrias de tecnologías de la salud e investigación clínica, en el cual se compara los precios de venta al público de medicamentos en distintos países de América Latina, la conclusión corresponde a la percepción de la gente en este aspecto; en Chile el valor de los fármacos de marca es el más alto de toda la región.

En una reacción que ya se ha hecho clásica cada vez que emerge este tipo de información;  un nutrido intercambio de críticas cruzadas entre laboratorios productores y las grandes farmacias del país, con las consabidas acusaciones mutuas;  los primeros acusaron a las cadenas farmacéuticas de vender sus productos a valores mucho más altos de los que estas los adquieren, y las farmacias reclamaron que los laboratorios tienen valores mucho más altos para el mercado local, una estrategia que ha sido exitosa en el sentido de dejar el asunto irresuelto, nadie culpable, nadie inocente, que para efectos prácticos resulta en dejar el problema en un confortable statu quo.

Como una forma de transparentar los precios de los medicamentos e introducir por esa vía más competencia -que produzca, eventualmente, una reducción de precios-, la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast), junto al Ministerio de Salud, está desarrollando un Observatorio de Precios Internacionales. Este será lanzado durante el último trimestre de este año y permitirá, según Cenabast, publicar los precios a los que venden los proveedores de medicamentos en otros países.

Teniendo en cuenta la experiencia en otros países, la regulación de precios tiene que tener un marco, que han resumido como “la regulación debe ir hasta donde sea posible; la competencia, hasta donde sea necesaria. Sumando a lo anterior las pertinentes medidas de transparencia, para hacer visibles las relaciones económicas entre la empresa farmacéutica, los profesionales que prescriben los medicamentos y las agencias intermedias, es posible esperar el desarrollo de un sistema de salud sin prácticas perversas.

El observatorio aludido tiene una oportunidad de cambiar el estado de las cosas en beneficio de la ciudadanía, la acción del observatorio debería ser, a su vez, observable.

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