Editorial

Posición de Chile en la evaluación mundial alimentaria

Por: Editorial Diario Concepción 21 de Septiembre 2018
Fotografía: Referencial

La miseria no es el problema, según la aseveración de Gandhi, sino la conciencia de la miseria, es muy posible que para muchos de nosotros la miseria en Chile no existe, o es de una dimensión tan menor que no aparece en las estadísticas, en medio de un país que da la apariencia de no estar dejando a nadie atrás en su perseverante intento de abandonar el subdesarrollo, sin embargo, puede haber realidades que se asemejen a aquellas que están preocupando a los organismos internacionales.

En efecto, el último informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre seguridad alimentaria y nutrición, da cuenta que el hambre volvió a aumentar en 2016, tras años de descenso, advierte, de igual modo, la existencia de múltiples formas de malnutrición que amenazan la salud de millones de personas. En una condición que parece indigna del momento que vive la humanidad, que exhibe con soberbia un desarrollo tecnológico asombroso, el hambre aflige a 815 millones de personas, esa cifra representa el 11 por ciento de la población global del Planeta.

Calcula el informe que el año anterior casi 520 millones de personas padecían hambre en Asia, 243 millones en África y 42,5 millones en América Latina y el Caribe, donde hay signos de que la situación está deteriorándose. Los peores registros aparecen en países que de alguna forma están expuestos a los conflictos y donde vivían el año pasado 489 de los 815 millones de personas que no tienen garantizada la alimentación.

Unos 155 millones de niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica, según el informe, mientras que 52 millones sufren de desnutrición aguda, lo que significa que su peso es demasiado bajo para su estatura. Se estima, además, que 41 millones de niños tienen sobrepeso. La anemia en las mujeres y la obesidad adulta son también motivo de preocupación. Estas tendencias son consecuencia no sólo de los conflictos y el cambio climático, sino también de profundos cambios en los hábitos alimentarios y de las crisis económicas.

Aunque en una dimensión muy menor, en Chile la prevalencia de subalimentación, es decir, la proporción de la población que no cumple con los requerimientos energéticos diarios mínimos para llevar una vida saludable y activa, alcanza un 3,7%, equivalente a 700 mil personas.

Por otra parte, nuestro país muestra la menor prevalencia en la región de desnutrición crónica en menores de 5 años con 1,8%, según los datos del año pasado, publicados por la Organización Panamericana de la Salud y la Oficina Sanitaria Panamericana. En contraste, señala que el 30% de la población adulta en Chile sufre de obesidad, una de las tasas más altas de la región, las cifras nacionales de este año, indican que 23% de los menores pertenecientes al primer nivel básico de educación padece obesidad y que aquellos provenientes de comunas en situación más vulnerable presentan el doble de la tasa respecto a niños de comunas con mayores recursos.

La adecuada nutrición es fundamental para la salud de una sociedad, si bien es cierto, en nuestro país se ha logrado reducir enormemente la posibilidad del hambre, problemas económicos y culturales han determinado cuadros de nutrición inadecuada, también de alta peligrosidad, un asunto que, como muchos otros, de parecida naturaleza pasa por el crecimiento con equidad y en la calidad de la educación de todos los chilenos.

Etiquetas