Es hasta cierto punto natural el intento de negar la realidad cuando parece ser demasiado amenazante o negativa, pero es imposible desoír las señales cuando estas persisten en frecuencia e intensidad. Dejar de prestar atención es una ruta cierta a la obsolescencia o a la salida del mundo real. Esta vez, el mensajero es Chuck Robbins, director ejecutivo de Cisco Systems, una empresa global con sede en California, dedicada a la fabricación y consultoría de equipos de telecomunicaciones, que con una planta de 74.000 empleados, es considerada una de las grandes empresas del sector tecnológico.
Su presencia en nuestro país obedece a su visión de desarrollo, lo expresa con la suficiente claridad; “necesitamos tener un país, un gobierno y clientes que crean en el poder de lo que la tecnología puede hacer en el futuro, y eso sucede en Chile”, a su entender el estado del arte en tecnología es necesario concentrarse más en las oportunidades que esta puede entregar y menos en los riesgos asociados, particularmente, cuando se aprecia que los chilenos están frente a un desafío transversal; no quedarse atrás en la economía digital.
El ejecutivo expresa las mismas preocupaciones que ocupan a empresas y organizaciones cuando éstas empiezan a incursionar en el mundo tecnológico, respecto a las habilidades que se requieren para enfrentar este nuevo escenario; empleos con un perfil distinto, riesgos en ciberseguridad, entre otras consideraciones. En compensación surgen otras oportunidades; crecer a una velocidad mayor, entregar mejores cuidados en salud, mejorar la calidad y la productividad, crear más trabajos y educar a más personas con mayores, y mejores habilidades y oportunidades de emprendimiento.
Los chilenos han estado muy conscientes de estos nuevos escenarios, según Workmonitor, en estudio de tendencias, el 95% de los chilenos ve una oportunidad en el gran protagonismo que hoy están cobrando las tecnologías en el ámbito laboral, cifra con la que ocupa el segundo lugar en el ranking mundial, luego de India y México, y la gran mayoría es de la creencia que la irrupción de nuevas aplicaciones y plataformas comunicacionales no son una amenaza para su trabajo.
Lentamente, pero en las más diversas actividades, los trabajadores han apreciado que la llegada de la tecnología a contribuido a elevar los índices de productividad y la generación de la necesidad de dar sentido a los datos para mejorar la gestión de las empresas, lo que al mismo tiempo, ha abierto formas de desempeño laboral y nuevos puestos de trabajo asociados a la implementación de los avances tecnológicos, desde el montaje de infraestructura para las telecomunicaciones, el desarrollo de hardware o software, la producción o análisis de contenidos, o la interacción con los usuarios, descritas como las habilidades del Siglo XXI.
En paralelo, las investigaciones sobre esta situación muestran que el 82% de los chilenos considera que necesita más formación para mantenerse al tanto de los avances tecnológicos, una de las cifras más altas a nivel mundial, así como 80% sostiene que si volviera a tener 18 años, se centraría en estudiar una carrera relacionada con el campo digital u online. Hay claramente un nicho para la educación superior, ante una realidad que se mueve con una velocidad que exige las mejores competencias de adaptación. La tecnología no está esperando a nadie.