Editorial

Alto índice de fracaso en la educación superior

Por: Editorial Diario Concepción 22 de Agosto 2018
Fotografía: Agencia Uno

No es de extrañar que los temas de la educación chilena ocupen cotidianamente los titulares, la reforma educacional, que ha tenido, principalmente, un deseable impacto en los menores costos para un número considerable de estudiantes, ha centrado la discusión en la gratuidad, opacando otro tipo de iniciativas y no pocas de las argumentaciones de análisis, como, por ejemplo, el valor de tener jóvenes en la universidad, sin otra debida consideración.

Recientemente, el Servicio de Información de Educación Superior (Sies), del Ministerio de Educación, ha presentado un informe titulado “Avance curricular en Educación Superior”, que tuvo como base los datos de la matrícula 2016. En una de sus conclusiones más crudas se indica que la mitad de los alumnos que entra a una carrera no llega a titularse, un antecedente que, por sí mismo, debería estremecer a los que toman las decisiones en el área educacional.

Para los expertos es evidente una situación que para los padres y alumnos es una evidencia dolorosa, y frustrante; el paso del colegio a la universidad es hoy cada vez más complejo, hasta cierto punto esa gradualidad es artificial, la verdad es que la universidad no ha incrementado significativamente los índices de dificultad en las asignaturas de pregrado, muy por el contrario, ha avanzado en recursos de docencia para facilitar los aprendizajes, lo que sí parece estar ocurriendo, es que la preparación de los estudiantes de la educación media, sobre todo, en colegios municipalizados o subvencionados, tiene defectos sistemáticos en área educativas básicas, la mala base, en términos coloquiales.

El Sies ha explorado igualmente el porcentaje de ramos al año que aprueban los alumnos de la educación superior, para determinar la Tasa de Aprobación Anual, tomando las asignaturas aprobadas por cada alumno y dividirlas por el total de ramos cursados al año, una fórmula que indica un 82,2% promedio por alumno. Sin embargo, las variables son altas, por ejemplo, las mujeres tienen una tasa de aprobación más alta, como ocurre, de parecida manera, con la variable notas del colegio.

Por otra parte, las cifras de deserción son significativas, académicos calificados indican que se pierde casi la mitad de los alumnos en cuatro años. Se menciona, como una de las razones principales del abandono, que a los estudiantes les ha ido académicamente mal y la reprobación de ramos es un temprano indicador de la existencia de problemas, entre los cuales hay circunstancias personales, familiares e institucionales.

El cambio de escenario puede ser negativo “antes te obligaba el profesor a estudiar, pero acá hay que desarrollar una disciplina personal, el cambio de contexto es súper fuerte”, un alumno resume esta situación, que ayuda a explicar las cifras del Mineduc, que indican que casi un tercio de quienes ingresan ni siquiera terminan el primer año.

La gratuidad, con su alto costo y sus elevadas expectativas puede tener una suerte de anticlímax, si los favorecidos por esta oportunidad fracasan porque las herramientas previas del aprendizaje son insuficientes para tener éxito, la enseñanza básica y media no parece, en general, cumplir con las demandas de formación de la educación superior, una brecha que dificulta el éxito. No es difícil concluir sobre los necesarios pasos pendientes, los que debieron haber sido previos.

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