Editorial

Claves para entender la denominada “Revolución 4.0”

Por: Editorial Diario Concepción 05 de Agosto 2018
Fotografía: Pexels

Una de las diferencias no tan sutiles con el primer mundo, en relación con los aspiracionales, es su visión de futuro, que compartida tiene en cambio acompañada la iniciativa para hacer algo. Es decir, además de visualizarlo, se actúa para estar al ritmo de los hechos. En ese contexto, se encuentra la innovación avanzada y la manera de enfrentar las transformaciones.

Las llamadas revoluciones industriales, resultantes de una nueva tecnología, se suceden unas a otras, a finales del siglo XVII fue la máquina de vapor, la segunda, alrededor de 1850, trajo la electricidad y permitió la manufactura en masa, la tercera ocurre un siglo más tarde, a mediados del siglo XX, con la llegada de la electrónica y la tecnología informática de y telecomunicación. Esta vez, serán los robots integrados en sistemas ciberfísicos los responsables de una transformación radical, que los economistas han denominado la cuarta revolución industrial, o Revolución 4.0.

Se ha ofrecido cinco indicadores claves para entender sus implicancias: la primera es su establecimiento en las agendas gubernamentales, la segunda es que requiere tecnología, que combina infraestructura física con software, sensores, nanotecnología y tecnología digital de comunicaciones. Los laboratorios y empresas de punta, en algunos países europeos y EE.UU, concluyen en el potencial de aporte productivo a la economía mundial en cifras de decena de billones de dólares y un cambio completo en el mundo del empleo.

Para el común de los mortales, aunque ilustrados, los procesos involucrados parecen propios de la ciencia ficción; sistemas robóticos, que combinan maquinaria física y tangible con procesos digitales, capaces de tomar decisiones descentralizadas y de cooperar entre ellos y con los humanos. A diferencia de otras revoluciones, esta puede tener como diferencia la velocidad, el alcance y su impacto. Así en Alemania, por ejemplo, se trabaja desde el año 2013 para llevar su producción a una total independencia de la mano de obra humana.

En una edición del Foro Económico Mundial (WEF), realizada en 2016, participaron cerca de 2.500 representantes del mundo de los negocios, la política, la sociedad civil, la ciencia.Allí se presentó un informe estimando que hasta cinco millones de empleos podrían desaparecer en tareas que pueden asumir robots y softwares inteligentes de aquí a 2020, en los ámbitos administrativos y operativos, tanto como en el contable o el sector de la salud.

Hay un proverbio budista útil para la reflexión que corresponde; “el hombre posee la llave para abrir el cielo, pero es la misma que abre el infierno”, la dificultad reside es que la llave en cuestión no viene con instrucciones de cómo abrir una u otra puerta. Por una parte, está la responsabilidad de la ciencia para saber hasta dónde se puede llegar en el remplazo del ser humano, o el trabajador en este caso, y por otra, la más inevitable, que el mundo del trabajo ha de prepararse para esta evolución que no tiene escapatoria.

Para el mundo de la educación, es un imperativo para la capacitación en nuevas y diferentes competencias. Mientras se ocupa el tiempo en reformas de difícil detalle, el mundo avanza sin pausa alguna.

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