Editorial

La eventual obsolescencia de la política

Por: Editorial Diario Concepción 13 de Agosto 2017
Fotografía: Archivo

Es preocupante que una idea como la que sigue pueda tener validez, pero, para cada vez más ciudadanos, la política no es parte de la solución sino parte del problema. El tema no es nuevo, solo que ha crecido en posibilidades, para el filósofo hindú, ya desaparecido, Jiddu Krishnamurti, los políticos usan el lema de “servir al pueblo” como una cortina de humo., opina que una vez que llegan al poder su meta principal es permanecer allí, por las buenas o por las malas, que su historia está llena de decepción, corrupción y desilusión. “La política significa “dividir” y “dominar”; la lucha es por el poder, por los privilegios y por la riqueza”.

Es recomendable señalar que no se refiere a la situación nacional, la cual no llegó a conocer, pero que anticipa con bastante aproximación el sentimiento ciudadano actual, ante una crisis de legitimidad del sistema político y sus instituciones, de su incapacidad para representar y procesar las demandas ciudadanas y sus intereses. Como se descrito, una ruptura del vínculo “representantes-representado”, una crisis política derivada de la evidencia que ha primado el interés particular por sobre el interés general en las prácticas de los políticos.

Bien mirado, las tiendas políticas contemporáneas en nuestro país parecen no representar salidas para los tiempos que corren, lo cual se refleja abundantemente en las crisis que cada colectividad parece estar experimentando por encima de sus colores y tendencias, los problemas frente a los cuales tuvieron posturas ideológicas no son los problemas de la actualidad y en parte esto explicaría la proliferación de grupos alternativos, algunos de rápido vc crecimiento, y la búsqueda de alianzas, muchas veces inexplicables, para sobrevivir de los conglomerados tradicionales.

Se cierne sobre las colectividades políticas chilenas la sombra de la obsolescencia, término que puede traducirse como “algo que ha pasado a dejar de usarse”. Un doloroso adjetivo que indica que algo se está transformando en antiguo o arcaico. Como bien puede ocurrir cuando las sociedades y las economías se mueven con otras dinámicas que hacen de la realidad algo diferente a las propuestas usuales de los candidatos, algunas manifiestamente fracasadas y ancladas en el pasado, y otras que podrían significar la agudización de los problemas de desigualdad e inequidad.

Para cada vez más expertos, la validez de un modelo o de una teoría, entre otras cosas, se basa en su valor predictivo, en la capacidad de describir adecuadamente la realidad y de cómo funcionan las cosas en el mundo. Las teorías de derecha y de izquierda son modelos que interpretan en forma incompleta y errónea la realidad y, por eso, generan problemas en todas partes. La separación catedrática entre Estado subsidiario y Estado protector, pierde sentido cuando se descubre que ninguna de estas posturas puede ser absoluta, que las circunstancias cambian y las respuestas también, si se tiene la inteligencia, la voluntad y la apertura para reaccionar como es debido.

Los nuevos ciudadanos de Chile deberían tener esas competencias, el requisito es educarlos, que sean capaces de ver las cosas como son y comprometerse para mejorarlas, de ser íntegros y plenos, que la educación no sea condicionante y dirigida a mantener los modelos vigentes, sino reflexiva, para crear los modelos que hacen falta.

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