Editorial

Urge compatibilizar crecimiento urbano y medio ambiente

Por: Editorial Diario Concepción 12 de Julio 2017
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Las ciudades resultaron del primer intento de vivir en sociedad, el inicio de la civilización, al vivir los hombres en la cives. La ciudad, que nos alberga a todos, pide en cambio claras reglas de juego para que la urbe misma y sus habitantes prosperen y puedan cumplir sus sueños y sus propósitos. La urbanización en consecuencia, como entidad dinámica enfrenta por lo mismo  desafíos y riesgos, permanentemente, el desafío de crecer y el riesgo de desmejorar la calidad de la vida.

Por la demanda actual el desafío constante es encontrar los puntos de equilibrio entre  crecimiento urbano y protección ambiental, ya que para ir haciendo la ciudad no basta con resolver los problemas actuales, sino que se debe prever los futuros, la ciudad que legaremos a los hijos y al escrutinio implacable de la historia.

Uno de los aspectos que tocan particularmente a la ciudad de Concepción, es justamente uno de los que le ha dado identidad desde la primera piedra; ríos, lagunas y humedales. Si bien es cierto en su momento muchos de estos sitios tuvieron que ser intervenidos para posibilitar la instalación de la ciudad, la obligación de ahora es preservar lo que existe, teniendo claridad en el  rol que estos lugares desempeñan, más allá de lo paisajístico.

Se suele olvidar que los humedales tienen un rol importante, a tal grado que son vitales para la supervivencia humana, uno de los entornos más productivos del mundo, cunas de diversidad biológica y fuentes de agua y productividad primaria de las que innumerables especies vegetales y animales dependen para subsistir, además de participar en los denominados “servicios ecosistémicos” que además de lo ya descrito, incluyen el control de crecidas, atenuación de inundaciones, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático.

Esos aspectos fundamentales han dado lugar a la Convención de Ramsar, cuya misión es la conservación y el uso racional de los humedales a nivel mundial mediante acciones locales y nacionales y gracias a la cooperación internacional. Esta entidad entró en vigor en Chile el 27 de noviembre de 1981, el país tiene actualmente 13 sitios designados como Humedales de Importancia Internacional. Lamentablemente no están allí los de nuestra región, pero eso no quiere decir que carezcan de valor.

La situación de lábil e insuficiente regulación ha generado, especialmente en los últimos años, una modificación en los ecosistemas locales, pues poco a poco la urbanización ha ido tomando espacios que les eran propios a los humedales. El estudio y toma de decisiones en esta  materia tiene una relación estrecha con el modelo de ciudad que queremos que se sea, por tanto son los que viven en ella los que tienen que participar y comprometerse.

Por lo general se ha prestado poca atención a grupos que repetidamente han expresado su preocupación por la intervención de esos sectores del territorio sin otra consideración que aumentar la oferta inmobiliaria. Es verdad que la demanda existe, pero las soluciones del presente no pueden empeñar el futuro.

Como alternativa se ha planteado la densificación, pero esta última adolece de definiciones, cuánta densidad es posible tener sin traspasar los márgenes de la calidad de la vida de los ciudadanos. Es perfectamente posible, con las probadas competencias de nuestros arquitectos y urbanistas hacer una ciudad más sustentable, bella y a escala humana.

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