Editorial

Con mar revuelto, la pesca entra al debate presidencial

Al margen de si constitucionalmente procede o no, derogar la polémica ley que regula al sector, no parece probable que el electorado se conforme con la promesa de una reforma cosmética.

Por: Diario Concepción 12 de Febrero 2017

Un mar de dudas sobre la gestación de la Ley de Pesca y sus enmiendas posteriores, deja la cadena de revelaciones sobre los casos Corpesca, Fipes y, sobre todo, Asipes. Un mar que en la Región del Bío Bío, lejos de batirse en retirada, parece tornarse cada vez más desolador y enigmático, conforme avanza el trabajo del Ministerio Público sobre cada arista de la mediática causa.

Los últimos golpes noticiosos tienen raíz local, pero han calado hondo a nivel nacional. La renuncia del subsecretario del ramo tras conocerse que su esposa emitió 34 boletas a la Asociación de Industriales Pesqueros, enmudeció al Gobierno, al extremo que aún no se sabe quién lo sucederá en el cargo. Las explicaciones a los correos entre el ex titular de ese gremio y la presidenta de la Comisión de Pesca del Senado, a propósito del proyecto que regulaba la captura del jurel con línea de mano para el sector artesanal, no terminan de convencer.

"Son tantas las dudas, son tantas las irregularidades que han quedado al descubierto, tantas las evidencias, que acá el único camino posible es que el Gobierno impulse una nueva ley que anule la actual e iniciemos una nueva discusión. Una ley aprobada con vicios de origen no puede ser ley", dijo hace unos días el precandidato presidencial, Manuel José Ossandón, tras recorrer desde Chiloé a Antofagasta para reunirse con organizaciones de pescadores.

La arenga del ex senador RN introduce la Ley de Pesca como tema de campaña en el carril de la transparencia y la justicia ciudadanas, desafía a los demás postulantes a pronunciarse frente a ella y le arrebata al Partido Comunista la titularidad exclusiva en la demanda por la anulación de la polémica regla. Al margen de si constitucionalmente procede derogarla, no parece probable que el electorado se conforme con la promesa de una reforma cosmética.

No le será difícil a Alejandro Guillier entrar en esa arena. Basta rebobinar hasta la época de discusión de la ley en el Congreso, cuando como comentarista radial se preguntó: "¿Es bueno para el país, que las cuotas de pesca se privaticen y se entreguen en forma perpetua y que sean heredables para un grupo de familias que históricamente han explotado en Chile?".

Dichas cuotas fueron entregadas a los industriales inicialmente en 2001, durante el Gobierno del también precandidato Ricardo Lagos, bajo el nombre de Límite Máximo de Captura por Armador. ¿Será que el ex mandatario mantiene esa visión o adopta una actitud crítica, como ha hecho con las comisiones de las AFP que ha calificado de "excesivas"?

Sebastián Piñera es otro que deberá dar forma a un discurso en tal sentido. En su administración, se aprobó la mentada ley y sus acciones en la pesquera Exalmar lo mantienen en una situación compleja. Aunque a la vez, hay que recordar que el ex Mandatario nunca fue partidario de entregar las cuotas a las compañías industriales por su participación histórica, sino que desde sus tiempos de senador abrazó la idea de que se licitaran.

Cual sea la postura que asuman los presidenciables en el tema, la carrera al Palacio se desplegará con todo a partir del próximo mes. De allí en adelante, cada hallazgo, formalización o mero trámite en torno al proceso que sigue la Fiscalía, tendrá repercusiones en el discurso electoral. Ilusorio es pensar que la legislación pesquera permanecerá en status quo después de tanta tempestad.

 

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