Son tres los productores de la zona precordillerana los que están detrás del envío de casi 800 ejemplares hacia el extranjero.
Ever Sanhueza, Benedicto Sandoval y Álvaro Sanhueza fueron los tres apicultores de Santa Bárbara que consiguieron que, por primera vez, 768 Abejas Reinas de la Región del Biobío llegaran al territorio canadiense.
Dos primos y un cuñado que juntos se atrevieron a exportar estos especímenes de producción nacional. Un trabajo prolongado, que comenzó en enero de este mismo año con la fecundación de las reinas, y que ahora se encuentran en camino a su destino.
Con certificación del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y enviadas desde una pequeña jaula junto a cinco abejas nodrizas, bajo una temperatura de 5 grados y con su alimento para el camino, es como estos ejemplares partieron rumbo a la capital para abordar su vuelo hacia Toronto, Canadá.
Siendo Santa Bárbara la llamada capital nacional de la miel, la diversidad productiva de las abejas es variada, que conjunto a las características de floración melífera nativa y endémica de la zona, hacen que sus productos tengan cualidades únicas en el mundo.
Si bien, las abejas que actualmente son trabajadas en la provincia son de origen europeo, estas poseen beneficios genéticos que las convierten en una especie ideal para la exportación. Como expresaba Álvaro Sanhueza, “las abejas dan hartas cosas aparte de miel, la gente cree que ellas solo producen miel, pero existen muchas cosas más, por lo que el vender reinas es también una buena opción”.
“Esta es la primera vez que envío, así que no sé cómo va a ser el proceso, porque igual es un poco riesgoso debido a que hay un porcentaje que muere en viaje, ya que es muy largo”, agregó.
Por otro lado, como muchos productores, su primo, Ever Sanhueza, es uno de los colmeneros que ya lleva tiempo dentro de la exportación de abejas reina, pero siempre había sido dentro del territorio nacional. Siendo esta la primera vez que su producción llegará al mercado extranjero.
Pero es producto de la crisis de la miel que él, en conjunto a sus colegas, deciden probar suerte con el envío de abejas maestras. “Este año teníamos más reinas que enviar, pero hubo una baja en la demanda desde Canadá, porque el tema de la miel está en crisis no solo acá en Chile, sino que a nivel mundial. Actualmente, el precio de la miel está muy bajo, y los costos de producción están por las nubes, así que esto fue una alternativa frente a eso”, declaró el colmenero.
Uno de los apicultores, Benedicto Sandoval, explicó que la creación de las abejas reinas es muy minuciosa, debido a que se ha requerido aproximadamente cinco meses para que las especies se encuentren en óptimas condiciones para llegar a la primavera en Toronto.
Este procedimiento se inició con la adquisición de una abeja madre, la cual se encarga de proporcionar los huevos fecundados, que posteriormente serán convertidos en larvas de abeja.
Luego, las larvas son transferidas a cápsulas transitorias que servirán como un hogar temporal hasta que puedan ser incorporadas a un cuadro de obreras sin reina. Donde ellas llevarán a cabo la tarea de alimentar a los gusanos a base de jalea real hasta que se conviertan en abejas reinas.
Cuando finalizan su desarrollo, estas son integradas a una nueva colmena sin reina donde permanecerá hasta que sea fertilizada. Una vez que ya desarrollen la capacidad de crear enjambres numerosos, ya están listas para su exportación.
Aunque esta no es la primera ocasión en que abejas cultivadas en Chile son enviadas al extranjero, estas sí son las primeras en ser originarias del Biobío.
Un hito importante, que no solo destaca la producción local, sino también destaca la labor fundamental de los emprendedores y apicultores de la ciudad de Santa Bárbara.