Economía y Negocios

Kilo de pollo y cerdo muestran baja de hasta $714 por kilo en el Gran Concepción

Disminución de precios se observa en diferentes tipos de corte al comparar los promedios entre enero y mayo de este año, de acuerdo a los registros de la Odepa.

Por: Christopher Cortez 01 de Junio 2023
Fotografía: Raphael Sierra

La caída en los precios de la carne de pollo y cerdo destaca en gran parte de los cortes a la venta de las carnicerías de Concepción, en comparación al inició de 2023.

De ese modo, muchos de los cortes usualmente requeridos por las personas resultaron ser más accesibles durante mayo en comparación con enero de este año, marcando una tendencia a la baja durante los cinco primeros meses de 2023.

En el comparativo entre enero y mayo, por ejemplo, destaca la caída del precio del lomo de cerdo, por sobre los $700 por kilo. O en el caso del pollo entero, donde la comparación del promedio da cuenta de una baja de más de $440.

La carne de vacuno también presenta bajas, aunque no tan importantes. Un caso es el de la sobrecostilla cuya diferencia fue de $258 menos en mayo en comparación a enero.

También se observa lo ocurrido con el abastero, que en Concepción tenía un valor promedio de $9 mil 398 por kilo el primer mes del año, en mayo alcanzó los $9 mil 157.

El lomo vetado subió. En enero el promedio por kilo fue de $14 mil 517, mientras que actualmente llega a $14 mil 657. Todo esto en base a las cifras que entrega la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa).

Felipe Besoaín, presidente de la Federación Gremial de Productores de Ganado Bovino (Fedecarne), explica que “el precio al consumidor de las carnes ha tenido una tendencia a la baja en el último período. La principal razón tiene que ver con el efecto inflacionario que está viviendo el país, lo que ha hecho que el consumo vaya progresivamente disminuyendo desde hace varios meses atrás. Al haber una menor demanda, los precios tienden a la baja”.

“El segundo motivo es que llevamos varios meses con un tipo de cambio que se ha mantenido más bajo de lo que veníamos hace varios meses atrás, donde incluso bordeamos los mil pesos. Hoy, con un dólar en $700 u $800, se genera una incidencia en los precios de consumidor porque el 65% o 70% de la carne que se consume en Chile es importada, por ende, los precios se verán afectados en la medida que el tipo de cambio se modifique”, agrega.

Sin embargo, cabe destacar que las carnicerías se caracterizan por ofrecer productos nacionales, lo que en voz de sus propietarios, asegura costos monetarios más altos a cambio de una calidad superior.

Otros casos con los que es posible ejemplificar las caídas en los valores para el consumidor de pequeños locales comerciales son la posta negra y el huachalomo. Mientras el primer corte bajó de $10 mil 603 a $10 mil 197 por kilógramo -comparando promedios enero y mayo- el segundo pasó desde los $9 mil 183 a los $8 mil 990 en el mismo período de tiempo.

“Esto debe llevar una curva de aproximadamente tres meses, donde ha habido una baja. En el último semestre también se ha mantenido, pero pasa que la curva más relevante se ha visto en el último trimestre. La contracción del mercado viene, eso sí, desde fines del último trimestre de 2022. Sobrecostilla y otros cortes de ese estilo han visto entre un 18% e incluso un 20% de baja”, complementa el presidente de Fedecarne.

Carnes blancas

Pero las modificaciones de valor no solo han involucrado la carne bovina, sino también a las de cerdo, ave y cordero.

De acuerdo a Odepa, el cerdo costillar, que en enero costaba en promedio $8 mil 444, en la actualidad se encuentra en $8 mil 228. Igualmente, tanto el pollo entero como la pechuga viven el mismo efecto, disminuyendo en $483 y $215, respectivamente.

Caso contrario es el de la chuleta parrillera, chuleta cerdo y el trutro entero de pollo, los cuales aumentaron levemente su precio entre enero y mayo.

La seremi de Agricultura de la Región del Biobío, Pamela Yáñez, manifiesta que se espera que en el corto plazo el precio interno tienda a disminuir. “En parte, debido a que parte importante de los costos de producción para carne de pollo y pavo son los costos de alimentación, y tanto el maíz como la soya evidencian un descenso del precio internacional durante los últimos meses. Además, en el mercado interno se observa un aumento de la oferta, debido a la contracción en las exportaciones de carne, producto del cierre de los mercados a causa de la influenza aviar”, destaca.

“Respecto a la chuleta centro y las carnes rojas (osobuco y posta negra), no se evidencia una tendencia clara del comportamiento de precios a nivel nacional. Acerca del lugar de venta, tanto la chuleta centro como el osobuco, se encuentran más baratos en carnicerías y la posta negra está más barata en supermercados”, suma la seremi.

Comercio local

Marcos Burgos, responsable de Distribuidora Las Lomas, relata que “nosotros bajamos la carne. Varios cortes, como la posta negra, disminuyeron su precio en unos $1000 cada uno, es decir, entre un 10% y un 12%. Eso sí, los pollos tienen semanas de subida y otras de bajada, no es parejo”.

Alejandro Muñoz, administrador de Carnicería Denavi Sur de Talcahuano, cuenta que trae sus productos desde Temuco. Contrario a lo anterior, asegura que “es difícil que haya bajas. El cerdo empezó a subir, de hecho, entre 10 y 15 pesos hace un par de semanas. El pollo subió más de $100 para el Día de la Madre. No hay algo permanente”.

En cambio, expone que desde septiembre poseen los mismos precios para consumidores. “Los supermercados venden carnes importadas, carnes al vacío, y esa baja de precio, pero una carnicería difícilmente puede competir con esos valores porque compran por tonelada”, añade.

Proyección y pérdidas

Si bien Fedecarne no posee incidencia en los precios, su presidente, Ignacio Besoaín, marca antecedentes acerca del comportamiento del mercado. Así es como, si bien existe un beneficio económico para los clientes con los costos actuales, aquello también genera pérdidas para los productores.

“En este período, en el caso de la producción nacional, estamos casi en el término del peak de oferta de ganado. En nuestro país esa oferta se centra en verano y otoño porque es cuando hay mayor crecimiento de pasto. Si se juntan mucha oferta y una demanda contraída, hay un efecto en el precio del ganado y, por ende, en la rentabilidad de los productores. Tenemos costos más altos también”, puntualiza.

Hacia el futuro, Besoaín aclara que “es muy difícil poder proyectar porque la industria, como tantas otras, no está ajena a los vaivenes del país. La única ventana que uno ve que podría cambiar esto es que, en invierno, disminuye la oferta del ganado, por los factores de disponibilidad de pasto, y eso podría hacer que los valores no se desplomen. El otro efecto es que también los períodos previos a las fiestas patrias generan aumento de ventas porque las carnicerías y cadenas se abastecen desde agosto”.

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