Es un verdadero punto histórico del sector Arenal de la comuna costera. Peluquerías, farmacias, rotiserías y otros locales aportan a la identidad de la ciudad.
Se ubica en el sector Arenal de Talcahuano. Su actividad más importante se distribuye entre la Estación de trenes hasta calle Colón.
Es la calle Bilbao, tradicional arteria comercial del puerto la que, pese al paso del tiempo y los cambios propios de la globalización, presenta una actitud de resistencia. Algunos archivos fotográficos documentan actividad comercial y peatonal desde 1918. Claro que, en la actualidad, los relatos vivenciales más antiguos se remiten a los últimos 40 años.
La Ferretería Piolín es uno de esos casos. Lo que comenzó con el trabajo de Ángel Araya, ahora continúa bajo la administración de su hijo Pablo.
Recuerda que “esta ferretería fue fundada hace 39 años. Mi papá comenzó con esto, donde yo y mi hermano después de clases veníamos a ayudar acá”.
El movimiento dentro de estas instalaciones es constante. El ingreso y salida de compradores no se detiene.
Es igual a lo que pasa en La Frontera. Supermercado del barrio que se ubica justo frente a las antiguas y destruidas dependencias de la PDI. Ramón Cartes inició el negocio, pero no en el mismo punto actual, sino que a un par de cuadras de diferencia.
No obstante, es un gran detalle a la hora de conocer con total propiedad la línea de tiempo de Calle Bilbao. Recuerda que antes era “el verdadero centro de Talcahuano. Acá venían todos a comprar hasta que poco a poco el comercio comenzó a irse más hacia el puerto”.
Ramón es oriundo de Florida, pero por circunstancias de la vida llegó a vivir a Talcahuano junto a su familia, cuando tenía 10 años de edad.
Nota cambios en el entorno, al igual que los otros comerciantes consultados por este medio. Es que basta caminar solo una vez, de extremo a extremo, por Bilbao y se hace notoria la arremetida de casinos con máquinas de juego; o restaurantes de comida que ya no responden a la tradición casera, sino que a los nuevos tiempos, como el sushi.
Aldo Oyarce también lo observa. A fines de los 90´compró la Farmacia Estación, que data de principios de los 80´.
Cuenta que si bien Bilbao sigue teniendo importancia en la actividad comercial de la ciudad, los negocios han ido desapareciendo y con ello también la variedad de rubros.
Aldo dice que hace unos años atrás Bilbao estaba lleno de zapaterías, carnicerías y peluquerías. Pero, hay una cosa que no ha cambiado: el ser del barrio. “Como muchos de mis colegas de Bilbao ya estamos atendiendo a la tercera generación. Quienes comenzaron a comprar acá en los 80, hoy ven cómo sus hijos o sus nietos siguen viniendo acá”.
“En el caso de mi farmacia es una especie de atención primaria. La gente, los vecinos, nos conocen. Suelen decir qué molestias tienen y qué les recomendamos”, dijo.
En los últimos años han aparecido algunos esfuerzos para potenciar Bilbao. Como el programa de Sercotec y de la Municipalidad local que buscaba mejorar la oferta, modernizar el entorno y brindar más seguridad.
Esto último, un punto que recalcan los vecinos y comerciantes, quienes afirman ser testigos y víctimas de robos en el sector. Ese mismo que hoy se levanta a la vista de cualquier visitante con una mezcla de renovadas fachadas y vestigios de otroras casonas de maderas y grandes ventanales.
Casas típicas de todo el radio cercano al Puerto de San Vicente y los alrededores del Estadio El Morro. El Talcahuano histórico. El militar, industrial, pesquero y claramente comercial.