Economía y Negocios

Fidelidad de clientes es clave para los restaurantes tradicionales penquistas

Colacho, Luncheonette y Stromboli cuentan sus experiencias, principales desafíos y proyecciones. Locales se destacan por tener más de cuatro décadas de funcionamiento, en el centro de Concepción.

Por: Edgardo Mora 17 de Agosto 2022
Fotografía: Facebook | Colacho

La fidelidad de los clientes ha sido clave para la continuidad de operaciones de tres restaurantes tradicionales penquistas: Colacho, Luncheonette y el Stromboli; según el testimonio de sus dueños y administradores.

Se trata de una oferta gastronómica que ha logrado conquistar los paladares más exigentes de la capital regional permaneciendo en la memoria de los comensales por más de 46 años en el caso de Colacho, y 68 años en el caso de Luncheonett y Stromboli.

Nicolás Yarur, tercera generación de la familia a cargo del Restaurante Colacho (calle Veteranos del 79) que comenzó su abuelo de mismo nombre, cuya especialidad es la comida árabe, no duda en responder que pese al estallido social y pandemia han logrado salir adelante gracias a su público.

“Fue muy grato ver cómo pese a las distintas crisis, sociales o por la pandemia y la actual inflación, han seguido llegando nuestros clientes incluso hasta las puertas de nuestro restaurante”, declara Yarur.

Sobre lo que más solicitan, el dueño de Colacho detalló que “cuando recién abrimos se produjo una suerte de aprendizaje sobre la comida árabe que ha ido gustando de generación en generación con platos como crudos o el mixto árabe, corderos rellenos, pollos rellenos. Además de comida típica chilena como perniles y callitos a la madrileña, entre otros”.

En relación a cuál ha sido el principal factor para contar con una trayectoria de más cuatro décadas, Yarur resalta la lealtad de sus clientes. A eso agrega buenas proyecciones para su negocio.

Restaurante Luncheonette

Danae Bilbao, encargada del local del restaurante Luncheonette C(Colo-Colo #672), señala que llevan más de 68 años al servicio de los habitantes de Concepción.Ofrecen platos típicos chilenos como empanadas de horno y fritas, cazuelas, o pollo al jugo, entre otros.

“Cuando llegan a almorzar por lo general nos felicitan por la encuentran con un buen sabor y dicen que ya no quedan locales que tengan comida tradicional, sino que han proliferado locales de comida rápida”, afirma Bilbao.

Adicionalmente, agrega que lo más difícil durante la existencia del local fue el transcurso del estallido social y la pandemia “donde mi mamá, que es la dueña y estaba a cargo todo el día, tuvo que dejar de trabajar y así debí hacerme cargo hasta ahora”. Entre los desafíos del sector identifica que hay carencia de mano de obra que debería mejorar para tener una visión más positiva, respecto de las proyecciones del negocio.

“Antes estábamos hasta las 0:00 horas, pero no hemos podido hacer el segundo turno por falta de personal”, aseguró Danae Bilbao. Resaltó que entre los visitantes más recordados del local han estado Los Hermanos Zabaleta y Pedro Messone.

El caso de Stromboli

Roberto Melo, administrador del Stromboli cuya oferta ha deleitado paladares por más de 68 años en el centro penquista destaca la fama de las humitas de medio kilo, y el pastel de choclo que producen tradicionalmente.

Además, la carta del restaurante ubicado actualmente en calle San Martín (#475) cuenta con “pastel de jaibas, asado mechado y plateada, entre otros. Con valores que promedian los $9 mil, aproximadamente” explica Melo.

Sobre cómo han logrado permanecer pese al cierre de varios restaurantes tradicionales de Concepción, dice que en primer lugar está el tener una buena administración. Además del apoyo que han significado las plataformas de delivery.

“Tuvimos una reconversión rápida al delivery después del estallido social. Aquí fue caótico porque entraron y saquearon, entonces fue un apoyo, casi como un segundo local adicional”, contó.

En cuanto a los desafíos actuales, el administrador del Stromboli pone en relieve el alza en el precio de los arriendos junto al aumento de la inflación, lo que ha traído mayores costos de operaciones. También recalcó el hecho de haber tenido que pagar las patentes municipales mientras estuvieron cerrados por el estallido social y el periodo más complicado de la crisis sanitaria. En este sentido, Melo propone como incentivo poder evaluar alguna acción tendiente a disminuir estos cobros.

También, en línea con sus pares, Roberto Melo concluyó que la base del éxito en seguir adelante con sus 13 trabajadores entre el local de Concepción y San Pedro de la Paz, ha sido la fidelidad de sus clientes.

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