La inflación ha repercutido y este producto ha sido uno de los que más ha aumentado en su valor. Desde las fundaciones sostienen que familias hasta personas en situación de pobreza han visto afectado su consumo.
“El alza de precio del pan, al igual que otros productos de necesidad básica, ha impactado fuertemente el bolsillo de la fundación. Se han elevado mucho los costos de la operación social y eso lo vemos reflejado en las familias que ayudamos”, fue lo que manifestó Daniela Sánchez, jefa territorial del Hogar de Cristo en Concepción, frente al incremento que ha tenido el valor del producto, que ya alcanzó los $500 por kilo en la Región del Biobío.
El aumento en el precio del pan ha golpeado la economía de todos los chilenos, incluyendo a distintas organizaciones benéficas, entre ellas, las de entrega de alimentos a personas y familias que se encuentran en situación de pobreza. “Todos los días se les hace difícil cubrir sus necesidades básicas, sobre todo las cuatro comidas del día. En el caso del pan, este es el insumo básico de una familia y eso ha hecho que se eleven los costos de nuestra institución”, añadió Sánchez.
Por su parte, desde la Fundación Superación de la Pobreza destacan que la seguridad alimentaria de las personas debe garantizarse y apuntan al rol del Estado frente a problemáticas como el incremento en el precio del pan. “Debemos avanzar hacia la seguridad alimentaria de las familias vulnerables. Es fundamental garantizar a las familias un nivel básico de ingreso que permita acceder a los alimentos. Los subsidios monetarios directos e indirectos, o las asignaciones familiares son mecanismos válidos cuando apuntan a la sobrevivencia en situaciones de emergencia como la que enfrentamos”, explicó la directora ejecutiva de la entidad, Catalina Littin.
En algunos sectores del Biobío, el valor del kilo ha superado los $2.000. Lo anterior, según información entregada por los gremios y panaderos, se debe al costo de los insumos para producirlo, como el gas, la harina de trigo y el aceite, todos encarecidos por el efecto de la inflación que ha alcanzado el país durante 2022.
“Nosotros hemos vistos distintas alternativas y estrategias que asumen las personas cuando se aprieta el bolsillo, cuando no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas, priorizando otro insumo alimenticio en reemplazo de un producto esencial como el pan”, destacó, Daniela Sánchez.
No obstante, desde el gremio panadero ya han adelantado que el alza del producto puede continuar. Esto, principalmente, por el costo de los insumos de preparación.
Según datos de la Federación Chilena de Industriales Panaderos (Fechipan), el promedio de compra de pan en el país, está entre 88 a 90 kilos per cápita.
Argentina, Perú y Bolivia, tienen un consumo aproximado de 30 kilos, es decir, tres veces menos. Para realizar estos cálculos, se toma en cuenta la presentación que cada país realiza en el congreso de la Unión Internacional de Panaderos y Pasteleros.
Asimismo, según un estudio llamado “Radiografía de la Alimentación en Chile” que revela que en un hogar promedio, compuesto por 3,3 personas, se compran mensualmente 17,5 kilos de pan, equivalente a 5,3 kilos mensuales por persona, convirtiéndose en la segunda categoría de alimentos de mayor consumo.