Economía y Negocios

Ferias libres y su rol clave en medio de la crisis económica

Los feriantes operan como servicio esencial, bajo los protocolos señalados por la autoridad por la pandemia. Los clientes hoy agradecen su existencia debido a los amigables valores.

Por: Felipe Placencia 11 de Octubre 2020
Fotografía: Los precios amigables son una de las virtudes de las ferias de barrio.

La crisis económica golpea fuerte al Biobío. Actualmente, hay 10,2% de desempleo producto de la pandemia y no son pocos los especialistas que aseguran que el porcentaje real debiera ser un 30%.

Es en ese contexto que las Ferias Libres de toda la Región están jugando un papel importante a la hora de brindar todo tipo de productos y, como es sabido por todos, a precios accesibles.

En la actualidad, son aproximadamente 148 repartidas en todas las comunas. “Hay más variedad y el precio es más económico. El dinero rinde más y las cosas igual son de buena calidad, uno tienes sus caseros y siempre me venden buenas cosas”, aseguró María Torres.

En el caso de Magdalena Peñailillo, ir a la feria tiene otras funciones positivas. “Si no encuentro algo en un puesto, siempre está más allá. Igual trato de no tocar a nadie y siempre ando con alcohol gel. Por temas de salud, el kinesiólogo me dijo que debía salir a caminar, así que es una buena forma de hacerlo. Además, me puedo encontrar con alguna amiga y saludarla y nos despejamos un poco de tanto encierro.

Carlos Vergara, otro cliente, indicó que hoy es, sin ninguna duda, una mejor alternativa que ir al retail. “Nos gusta venir a la feria más que al supermercado, principalmente, por el valor de los productos, además, es un ambiente más acogedor que ir a encerrarse a un cuarto lleno de publicidades. Hay caras familiares de los ‘caseros’. Se crea como un hábito. Además, podemos encontrar cosas diferentes como plantitas, por ejemplo, aparte de la fruta y verdura que es más fresca. Por otro lado, nos evitamos las filas y podemos tomar aire después de tanto encierro”.

A modo de ejemplo, uno de los productos más consumidos por los penquistas son los plátanos. En la feria dos kilos cuestan $1.500.

“Los precios se han mantenido y sólo ha subido un poco la mandarina junto a la naranja, pero no es mucho. El tomate, incluso, ha bajado un poco. Se está estabilizando la cosa, pero siempre pasa eso después del 18 de septiembre”, aclaró Eliana Morales Ruminot, puesto C-55 (Frutas), en Talcahuano.

Es por ello que Isabel Gutiérrez, lugar F-56 (verduras), destacó que “la cantidad de gente se mantiene, hay clientes que tienen adultos mayores en sus casas y les dan sólo dos permisos a la semana, así que algunos se escapan, vienen a comprar y derechito para la casa, porque no pueden pedir tantos permisos y deben cuidar a sus mayores, imagina si se enferma alguno de sus papás y no pueden sacar permisos. Vienen compran y se van.

Protocolos

Con la llegada de la pandemia, las autoridades intervinieron con planes sanitarios para evitar el contagio y generar una cultura preventiva, debido a la alta concurrencia.
“Esta crisis nos acompañará por un buen tiempo y la Región necesita continuar con el abastecimiento”, declaró hace unos meses el director (s) de Sercotec Biobío, Pedro Alarcón, cuando se inició el fortalecimiento sanitario.

Y hoy, como en todos lados, el temor al coronavirus siempre está, pero hay mayor conciencia y autorregulación.

“En el tema de seguridad, estamos lavándonos las manos a cada rato, usamos mascarillas, alcohol gel , además, hay un cordelito que separa al cliente con nosotros para mantener la distancia, generalmente se fiscaliza en la mañana, a medio día y en la tarde”, subrayó Eliana Morales Ruminot, del punto C-55.

Lo mismo contó Andrea Montecinos, quien vende abarrotes en el espacio F-74 y parte del Sindicato N° 4, Talcahuano y Hualpén. “Nosotros nos preocupamos de usar mascarillas, alcohol gel y el cordón (cordel) que marca distancia con el cliente”.

Y agregó: “No hemos sabido de nadie que se haya contagiado”.

Lo mismo aseveró Isabel Gutiérrez, del F-56 (verduras) sobre la salud. “Gracias a Dios no hay contagios dentro de los comerciantes”.

Por lo pronto, los vecinos Magdalena Peñailillo, Isabel Gutiérrez y Carlos Vergara esperan que todo siga funcionando como hasta ahora, para poder seguir comprando insumos para la familia a precios amigables a la realidad actual.

Etiquetas