Santa Ana es sin duda la mina de carbón más emblemática que sigue en funcionamiento en la Región del Bío Bío.
En un año en que se anunció y reconfirmó la descarbonización del país, en Curanilahue se enfocan en los segmentos que aún lo requieren para funcionar.
Y su funcionamiento no ha estado libre de problemas: eventuales quiebres, cierres y despidos.
Esto último ocurrió de hecho durante el verano, cuando la Seremi de Minería Bío Bío confirmó el duro pasar de los pirquineros.
Y durante estos días se conoció que tras estar sin funcionar más de 10 días: que sus instalaciones seguirán operando con los 120 colaboradores que dependen de ella.
“Hemos estado revisando constantemente todo lo que conllevó a la paralización de la Mina Santa. Afortunadamente, el juez de Curanilahue echó pie atrás y ha dejado sin efecto la medida. Por esto se puede reabrir”, explicó a Diario Concepción el seremi del ramo, Mauricio Soto.
La autoridad regional añadió que los trabajadores volverán a trabajar paulatinamente y que todo se espera normalizar la próxima semana. Son 120 familias que en un minuto se pensó podían quedar sin esta fuente laboral en medio de la pandemia. “Con esfuerzos del administrador de esta faena, se mantuvieron con trabajo y no tuvieron que ser despedidos y estamos contentos de que puedan llevar el sustento a su hogar”.
El abogado de la Mina Santa Ana, Boris Muñoz, declaró que, sobre la resolución de 9 de septiembre pasado, “consideramos que se ajusta a derecho y es lo que corresponde atendiendo a, sobre todo, a las necesidades sociales que pendían”.
El letrado resaltó que el yacimiento es sumamente importante “en el funcionamiento económico de Curanilahue. Por lo tanto, desde esa perspectiva nadie podrá estar considerando que no sea positivo que se haya autorizado el desarrollo de la gestión y extracción minera”.
Muñoz aclaró igualmente que las operaciones se han hecho “en regla, contándose con todos los requisitos y que el Código de Minería exige. Lo que acá aconteció es que precisamente quien arrendó la Mina Santa Ana a mi representada, también el mismo arrendador a demandado al actual administrador, la empresa que represento.
Es por ello que, a su juicio, “nos parece que ciertamente, nuestra contraria ha sobrepasado los límites que podríamos considerar una discusión en el ámbito civil o una discusión legítima de derechos”.
Muñoz indicó, además, que “hay una idea de desconocer lo escrito, la palabra, los derechos de muchas personas. Por lo tanto, estamos estudiando que acciones legales desarrollaremos en el futuro mediato”.