Economía y Negocios

Tanicitos: células claves para regular el comportamiento alimenticio y disminuir la obesidad

Un estudio realizado en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UdeC logró identificar los tanicitos, células que actúan como “cuidadoras” de las neuronas que controlan la ingesta alimenticia, lo que abre posibilidades de desarrollar un nuevo blanco terapéutico para el control del sobrepeso.

Por: Daniel Nuñez Durán 28 de Junio 2020
Fotografía: Cedida

Un deseo, muchas veces, irrefrenable por comer alimentos hiper calóricos, dulces o en grandes cantidades, ha sido uno de los efectos colaterales que muchas personas han experimentado durante el confinamiento en los hogares en medio de la pandemia de Covid-19. La ansiedad provocada por un entorno social cambiante y un contexto de salud pública incierto, han provocado una modificación en el comportamiento alimenticio que, en muchos casos, se ha traducido en un aumento de peso que, según un estudio realizado en Francia por Darwin Nutrition, promedia los 2,7 kilos en hombres y 2,3 kilos en mujeres.

Si bien esto responde a múltiples factores, que van desde el precio de los alimentos hasta fallas hormonales o metabólicas, cabe preguntarse qué rol juega nuestra propia biología en el (sobre) consumo calórico en tiempos de pandemia. En este sentido, la investigación realizada en el laboratorio de biología celular de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción, dirigido por la Dr. María de los A García-Robles, logró identificar que un tipo de célula glial denominada tanicito, ubicada en el hipotálamo, tiene un rol fundamental en el control del comportamiento alimenticio.

“En el cerebro hay diferentes tipos de células gliales, que son las encargadas de dar soporte a la neurona, son como cuidadoras encargadas de que no muera. Por cada neurona tenemos aproximadamente diez células gliales. El tanicito es una célula glial especializada que contacta muy estrechamente a neuronas localizadas en el hipotálamo”, explicó la investigadora de la FCB, Dra. María José Barahona.

Según detalló la profesional, “el Tanicito expresa un transportador llamado GLUT2, que permite la incorporación de este nutriente al interior de la célula”.
Para realizar el estudio, la científica indicó que “utilizamos una técnica de deleción genética in vivo denominado sistema Cre/Lox, a través del cual eliminamos la secuencia genética que codifica a GLUT2 específicamente en tanicitos”, explicó la Dra. Barahona.

Investigación de larga data

Los tanicitos fueron descritos por primera vez en la década del 50, pero su función había permanecido hasta ahora como una incógnita. El Laboratorio de Biología Celular de la FCB, dirigido por la Dra. María de los Ángeles García-Robles, se ha dedicado desde el año 2003 a estudiar estas células, logrando identificar algunas particularidades de las células gliales, entre las que se cuenta su capacidad de ser una especie de interfaz entre el ambiente y el cerebro para la regulación del comportamiento alimentario.

“Los tanicitos están en el centro de atención científica debido a su amplio espectro de funciones y a su posición privilegiada dentro del cerebro, lo que le permite alcanzar una estrecha proximidad con neuronas y con los vasos sanguíneos a través de sus procesos y pie terminales, especialmente con el núcleo arqueado, que es donde cohabitan neuronas que inducen hambre con neuronas que inducen saciedad”, expuso la especialista.

Agregó que a fines de 2019 lograron identificar los mecanismos moleculares por los cuales una dieta alta en glucosa causa un aumento del número de tanicitos y dan origen a nuevas neuronas reguladoras de la ingesta alimenticia, lo que demuestra la adaptabilidad de los individuos frente a cambios ambientales, como el tipo de alimentación.
Estos y otros descubrimientos fueron recientemente difundidos en la revista Frontiers in Endocrinology, section Neuroendocrine Science, donde la académica publicó una editorial con los avances recientes que muestran los distintos roles de los tanicitos en el control neuroendocrino de la homeostasis energética.

La académica resaltó que “esto ha sido un trabajo en el que han participado trece alumnos de postgrado y que ha contado con la colaboración de científicos del Instituto Milenio de la Universidad de Valparaíso, de la Universidad de Maryland (EEUU), de la Universidad de Bonn en Alemania y de la Universidad de Lausana (Suiza)”.

En cuanto a las proyecciones de esta línea de investigación, la Dra. García puntualizó que “proyectamos nuclear a más investigadores que ayuden a descifrar y a entregar tratamientos para la pandemia de la obesidad y sus consecuencias”, concluyó.

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