La tarde de este lunes el Gobierno envió al Congreso un veto al proyecto de Ingreso Familiar de Emergencia, luego que éste fuera aprobado sin un mecanismo para distribuir los dineros, lo cual dejó la iniciativa como inaplicable.
Si bien el proyecto fue despachado a ley por el Senado, el pasado miércoles, se rechazaron todas las indicaciones del Ejecutivo, quedando el texto sin un mecanismo para repartir los 802 millones de dólares que contempla. Desde la oposición han insistido en que se debe aumentar los montos para los beneficiarios y ampliar la cobertura.
Sin embargo, el Presidente Sebastián Piñera envió esta jornada un veto (sustitutivo y aditivo) para destrabar el proyecto, sin modificar los montos originales, lo cuales se entregarán de forma decreciente. Es decir, $65 mil por persona (no por carga) el primer mes; $55,2 mil el segundo; y $45,5 mil al tercer mes.
Eso sí, el ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, aseguró que se sumarán dos nuevos grupos de beneficiados: “todas las personas que viven de ingresos informales, hasta el 60% del Registro Social de Hogares, recibirán exactamente el mismo beneficio. Y segundo, aquellos mayores de 70 años, que por las reglas del ingreso pudieran quedar excluidos, por el hecho de vivir solos, serán incorporados en el beneficio”.
Hasta ahora, el beneficio se limitaba a aquellas personas o familias que integren el 60% más vulnerable de la población, según el Registro Social de Hogares, o que no cuenten con ingresos formales. También las personas de 75 años o más que sean beneficiarios de la Pensión Básica Solidaria.