Estos son tres ejemplos de investigación aplicada. También, son cuna de proyectos con base tecnológica que buscan dar con soluciones prácticas para la sociedad y el medio ambiente.
El Centro de Biotecnología (CB UdeC) es un Centro de Investigación Científico-Tecnológico, creado en el año 2002 en un esfuerzo conjunto entre la Universidad de Concepción y el Gobierno Regional de la Región del Bío Bío, para desarrollar investigación en el área de la Biotecnología, en concordancia con el plan de desarrollo regional y los requerimientos del sector productivo.
“Durante 15 años hemos desarrollado proyectos de investigación ligados a la biotecnología forestal, acuícola, ambiental, algal y, actualmente, incursionando en al área de la biotecnología médica, donde frente a la actual contingencia hemos podido aportar, tanto con la expertise de los investigadores como con equipamiento”, comentó a este medio la directora del CB UdeC, Rosario Castillo.
El CB UdeC ha sido catalogado por el mundo académico y político como un centro maduro, que está trabajando publicaciones, que está haciendo transferencia de empresas y extensión no sólo a los estudiantes de la Universidad de Concepción, sino también hacia otras universidades y la propia ciudadanía. Ha cumplido un rol relevante en la formación de capital humano avanzado en nuestra región en el área biotecnológica, apoyando el desarrollo de tesis doctorales, y en la fuerte vinculación de la academia con el sector productivo regional y nacional. “Ejemplos recientes de ello son el desarrollo de desinfectantes no tóxicos para alimentos y superficies, desarrollados por el Laboratorio de Biopelículas, el papel de algas, creado en el laboratorio Gibmar, con el que se reduce la oxidación de la fruta en su periodo de traslado al extranjero, el tratamiento químico de maderas para disminuir su capacidad de ignición”, ejemplificó Rosario Castillo.
El Centro de Ciencias Ambientales Eula-Chile es referente no sólo a nivel regional, sino también a escala nacional y Latinoamericana.
Uno de sus fundadores, el investigador y profesor emérito de la Universidad de Concepción, Óscar Parra Barrientos, recordó que fue establecido por la Universidad de Concepción en marzo de 1990 y nace de un proyecto de colaboración académica entre Italia y Chile. Se le conoció como “el Proyecto Eula” y se ejecutó entre los años 1990 y 1993, participando investigadores chilenos e italianos de diversas disciplinas y universidades. El proyecto Eula permitió lograr un conocimiento de los sistemas naturales, económicos y socioculturales, que identificó, caracterizó y socializó los principales problemas ambientales de la Cuenca del río Bío Bío y de la Región, y propuso soluciones en términos de propuestas que fueron entregadas al sector público y privado de la Región del Bío Bío.
“El impacto generado por el Proyecto se transfiere al Centro Eula, cuándo este inicia su trabajo académico al lograr un reconocimiento por parte de la comunidad regional por su dominio de la problemática ambiental, en términos de diagnósticos y de soluciones; estableciéndose tempranamente con el sector de gobierno y el sector privado relaciones de colaboración proactiva, lo que también se ve favorecido por la implementación de la normativa ambiental en Chile, con la promulgación en el año 1994 de la Ley de Base del Medio Ambiente”.
La UDT inició sus actividades el año 1996, como centro de investigación aplicado, especializado en el escalamiento de procesos y el desarrollo de productos. Hoy, con una planta de personal de 80 profesionales y técnicos, es una institución consolidada que contribuye al desarrollo económico de la Región y el país. “Su ámbito de trabajo es la Bioeconomía Circular, entendida como una nueva forma de generar los productos que la sociedad requiere, en base a materias primas renovables, minimizando la generación de residuos, respetando el medio ambiente e integrando a la sociedad en la toma de decisiones”, explica su director, Alex Berg.
Berg añade que el principal objetivo de UDT es encontrar caminos, para que los resultados de la investigación se apliquen; por ello, el trabajo estrecho con el sector productivo es fundamental, enfatiza. “En este contexto, durante los últimos 12 meses, UDT ejecutó 51 proyectos con pequeñas, medianas y grandes empresas, tanto de Chile como del extranjero”.
Durante las últimas semanas, en función de la crisis desatada por el virus Covid-19, UDT ha volcado sus esfuerzos a encontrar soluciones tecnológicas que ayuden a enfrentar la pandemia; entre otros, buscando alternativas para la reutilización de elementos de protección personal, desarrollando mascarillas en base a fibras naturales, produciendo protectores faciales, formulando nuevos gelificantes e implementando equipamiento de destilación de productos y subproductos de la vinificación, para producir alcohol gel. “Estas actividades son un buen ejemplo de su compromiso con los problemas y desafíos de la sociedad”, plantea Berg.