Si bien las últimas mediciones oficiales no han registrado en su totalidad los coletazos del “18-0”, se espera que en los próximos meses podrían haber señales más contundentes.
El 2019 fue un año para el olvido en materia económica. Y todos se preguntan qué pasará con este 2020.
Dos temas son de preocupación en la opinión pública: el empleo y los salarios.
En un ejercicio de proyección, tres analistas del Gran Concepción fueron consultados: Renato Segura, Matías Godoy y Ariel Yévenez. Todos muy respetados por su alta especialización. Y estos fueron los resultados.
Empleo
Para contextualizar, el último informe del INE en materia ocupacional para muchos fue una sorpresa. Se esperaba un alza en el desempleo, pero este respecto al trimestre anterior bajó a 6,3%.
El seremi de Economía Bío Bío, Mauricio Gutiérrez, tras darse a conocer los números, añadió que producto del estallido social al menos 600 personas fueron desvinculadas tras el estallido del 18-O.
El director del Centro de Estudios de la Realidad Regional, Renato Segura, explicó: “Cuando los conflictos sociales arrecian, las empresas optan por automatizar sus procesos productivos y, junto con ello, disminuir la demanda de trabajo. Los trabajadores desvinculados migran a empleos con menor remuneración, lo que genera una mayor presión al endeudamiento de los hogares”.
Por otro lado, lamentó este escenario, ya que “la disminución de la participación laboral es una señal de la precarización del mercado laboral. Respecto a la tasa de desempleo, la tendencia ha sido a la baja, lo que puede cambiar durante los próximos meses, cuando se revele en su totalidad los efectos de la crisis social. Sin embargo, creo que se mantendrá en rangos que fluctuarán en torno al 7%.
Matías Godoy, quien está detrás de Economía Para Todos, coincidió con el análisis. “Las proyecciones nacionales indican que la tasa de desocupación podría sobrepasar el 10% a comienzos de 2020. No obstante, el mayor gasto fiscal, las mejores condiciones internacionales y la recuperación del orden público pudieran llevar a corregir esa cifra a la baja. Según estimaciones gubernamentales, el 30% de las empresas en Chile declararon haber sufrido daños durante el estallido social. De estos, 8 de cada 10 eran Pymes. No obstante, el Banco Central realizó una encuesta a empresas y el 42% declaró que la dotación de personal se modificará a la baja, pero levemente, mientras que el 34% declaró que la dotación de personal no se modificará. Así, las percepciones duras sugieren que si habría un aumento de la desocupación, pero no tan alto como algunos aseguran”.
Para el economista de Corbiobío y académico UBB, Ariel Yévenes, lo seguro es que habrá un estancamiento. “La apreciación general es que la generación de nuevos puestos de trabajo se verá relativamente estancada, fundamentalmente en virtud del estancamiento que muestra la inversión privada, dado el escenario de inestabilidad e incertidumbre interna que se aprecia y, por cierto, considerando además algunos factores de inestabilidad internacional que han empezado a emerger. En el fondo, la inestabilidad marca fuertemente el escenario económico, a través de la afectación de las expectativas de inversionistas y con ello, la generación de nuevos puestos de trabajo, que sean de mayor calidad y sostenibilidad”.
Y los gremios dan cuenta de estos temores. Hace unos días la Cámara Chilena de la Construcción estimó que se perderán 40 mil puestos y una caída de inversión en el área de un 7,7%.
Salarios
En relación a este ítem tan importante para las familias, el INE reveló que el aumento real de las remuneraciones es de 1,2% en doce meses, acumulando una variación de apenas 0,7%.
Y sobre qué podría pasar este 2020, Renato Segura, opinó: “Los salarios reales, están (o deberían estar) con un sesgo puesto en la productividad. En este sentido, los trabajadores que no sean afectados por la automatización (con alta calificación para dominar las nuevas tecnologías) verán incrementado sus salarios reales, lo que tendrá efectos agregados, es decir los salarios reales debiesen seguir creciendo. Sin embargo, a nivel microeconómico, para aquellos hogares con trabajadores con menor calificación (desplazados por la tecnología), la situación se observa más compleja, toda vez que enfrentarán un mercado laboral con salarios más bajos”.
En tanto, Matías Godoy, contextualizó: “el Banco Central proyecta que el crecimiento económico del próximo año se situará entre un 0,5% y un 1,5%, mientras que la inflación se ubicará en un 3,9%. Es por ello que se puede sugerir que las remuneraciones nominales crecerán en torno a un 4,9% y las remuneraciones reales un 1%. No obstante, ante la alta incertidumbre aún presente, estas proyecciones pueden sufrir alteraciones significativas en periodos cortos de tiempo.
Por su parte, Ariel Yévenes, hizo ver que “el efecto a corto plazo tiende a ser de menor intensidad y más bien diremos que su afectación es derivada de los incrementos de inflación que se puedan generar afectando así los salarios reales. En esto último, el monitoreo de las presiones inflacionarias que puedan derivarse de una moneda extranjera al alza y sobre todo a través del precio de los combustibles será fundamental para la aplicación de medidas que tiendan a mitigar aquello”.
Finalmente, Renato Segura, hizo un alcance: “Durante el 2020, el mayor problema de los hogares no estará radicado en el empleo, sino en la gestión de los ingresos que les permita llegar a fin de mes”.