Figura de aquel D. Concepción de los ‘60 y ‘70 sigue evaluado por los médicos después de un inesperado accidente. Si no lo vio jugar, esta es su historia. Un señor del fútbol y morado de raza.
Gustavo Viveros se encontraba en Rere. A sus 75 años aún le gusta salir a caminar, se mantenía muy bien físicamente. “Es al que menos esperaríamos que le sucediera algo así”, cuenta su sobrino, el “Pancho” Viveros. Pero la salud es impredecible y no avisa. De pronto, el otrora gran volante de Deportes Concepción sufrió un impensado infarto cerebral. Hubo que trasladarlo desde el campo al hospital más cercano. La noche del miércoles fue con fiebre, el despertar nada bueno. La leyenda lila, de bajo perfil pero altísimo legado, lucha por su vida.
Se encuentra internado en el Clínico del Sur y Juan Francisco Viveros comentó que “estamos muy golpeados como familia y hemos recibido muchos llamados. Mi tío es una persona muy querida. No podemos descartar nada aún ni decir siquiera que no hay riesgo vital. Cuando hay infarto siempre está la posibilidad de que venga otro. Está constantemente en diagnóstico y esto es hora a hora. Ha sido un golpe muy duro y estamos esperando lo que nos va diciendo el doctor”.
Francisco siempre ha reconocido que su amor por el “Conce” viene de su tío Gustavo. Y como no, si estuvo en los comienzos del club allá en 1965, cuando era Concepción-Lord y venía justo de esta última institución, junto a Francisco Pinochet. Esa temporada, con 17 años, debutó contra Lota Schwager.
Viveros estuvo en el debut lila en Primera División el ‘68, en el primer triunfo sobre un “grande”, el ‘69, cuando derrotaron 2-1 a la UC en Collao. Fue campeón de la Copa Francisco Candelori, derrotando a la U. Española por un global de 1-0 y el ‘71 fue su explosión.
En julio debuta por la selección chilena ante Paraguay (3-2) y ese mismo mes marca su primer gol con la “Roja” para empatar 2-2 con la Argentina de Brindisi y Bianchi (marcó doblete). Jugó en el medio, habilitando a Messen, “Pata Bendita”, Osorio y Fouillioux.
Jugó 10 partidos por la “Roja”, anotando otro gol en el 1-0 a Perú por la Copa del Pacífico marcando un hito: ese día hubo 5 figuras moradas vistiendo de rojo. Viveros, Castro, Pinochet, Urrizola y García dijeron presente.
En su casa penquista también compartió cancha con Osbén, Cavalleri, Fabres, Pagani, Cantatore, Acuña, Coll y Abellán. En 1975 fueron subcampeones del torneo chileno, 2 puntos detrás de Unión Española. Sí, justo el club al que defendió el ‘72 y ‘73 antes de volver a Nonguén. En Unión fue campeón de Chile, de la mano de Luis Santibáñez, en el equipazo donde brillaban Machuca, Yávar, Jorge Toro, Las Heras y Farías. Viveros fue el que más partidos jugó.
Más adelante defendió a Rangers y Magallanes, dirigió en el fútbol universitario y muchos años en las series inferiores del club formando los futuros leones. Un crack silencioso, valorado por los que saben. Un caballero dentro y fuera de la cancha, un crack inextinguible.