Deportes

Cómo encarar la recta final del proceso formativo en el deporte

Hace unos días, Daniel Gutiérrez, jugador de 20 años de Colo Colo, salió llorando de la cancha ante Coquimbo, reemplazado a 10 minutos del final porque cometió errores que resultaron importantes para la derrota de su equipo. En el ambiente, se cuestionó sobre si la decisión de sacarlo fue para apoyarlo, protegerlo, o “matarlo”, debido a su juventud. Voces ligadas a diferentes disciplinas analizaron el tema, y dieron su visión de cuándo un atleta aparece como listo para dar un salto y asumir desafíos mayores. En eso, aseguraron que, más allá de las habilidades técnicas o físicas, resulta clave la madurez mental, sobre todo para sobreponerse a los nervios propios de afrontar un escenario más exigente y, como ocurrió en el caso mencionado, a situaciones de mucha tensión y frustración. En ese sentido, afirmaron que es fundamental contar con el apoyo de un psicólogo deportivo e, idealmente, no saltarse etapas en la fase de formación.

Por: Ricardo Cárcamo 06 de Marzo 2023
Fotografía: Deporte y Salud

En el proceso formativo de un deportista, para la mayoría hay un quiebre cuando se pasa del nivel juvenil al plano adulto. Otro tipo de roce, de competencia y también de presión, sobre todo para quienes son parte de equipos y torneos más mediáticos, donde un error, incluso, puede generar amenazas a través de redes sociales.

En ese panorama, aparece como clave la labor del entrenador, quien es el responsable de ir dando mayores responsabilidades y decir cuando un atleta está listo para dar un salto a un escenario más exigente. Sin embargo, a veces ese camino se prepara y las cosas no resultan como se esperaba. Hace unos días, Daniel Gutiérrez, jugador de Colo Colo, salió llorando de la cancha cuando fue reemplazado a 10 minutos del final ante Coquimbo. El joven jugador, de 20 años, cometió equivocaciones que fueron importantes para la derrota de su equipo, y en el medio las opiniones se dividían entre quienes dijeron que Gustavo Quinteros, el DT albo, lo “mató” al sacarlo y quienes aseguran que lo hizo para protegerlo, pues se notaba muy desencajado, “ido” del encuentro.

¿Cómo deben manejarse esas situaciones, y de qué manera podrían evitarse? ¿Es bueno que se pruebe en cancha si se está preparado para afrontar desafíos mayores? Entrenadores de distintas disciplinas dieron su visión.

Jorge Facchini, jefe de la rama de vóleibol del Deportivo Alemán, indicó que “un tema clave es cómo se convive con la presión de la competencia. El carácter y personalidad del deportista joven, que se le proyecte y sube a una categoría superior, hay que ver si cuenta con esas herramientas para manejar la presión mayor a la que estaba acostumbrado. Creo que es un proceso paulatino, y que el joven debe tener ciertas características psicológicas y técnicas que lo habiliten para competir en una categoría mayor”.

Además, aseguró que “si técnica y tácticamente no está preparado, seguramente cometerá errores. Por eso, lo primero es generarle autoconfianza, técnica y táctica, para que pueda desempeñarse en una categoría superior, y eso le da un fortalecimiento que le permite, a pesar que convivirá con el error, poder desempeñarse”.

Guillermo Jiménez, jefe técnico del Club Murano Concepción, afirmó que “en este tema, creo que hay dos situaciones: la real y la ideal. Lo ideal es estar encima de todos los deportistas, sobre todo los que uno generalmente proyecta a categorías mayores, que son los más expuestos a situaciones como la que le ocurrió al chico de Colo Colo, porque los haces jugar en un contexto a veces superior al de sus capacidades físicas y ves que está sobre la media de los pares en su categoría”.

En ese sentido, agregó que “ahora, a veces puedes hacer el seguimiento, hacer todo bien, y hay cosas que no puedes manejar, como el historial familiar y personal. Uno a veces está ajeno a lo que pasa fuera del entrenamiento, más allá que tengas información de la vida del deportista y quieres intentar manejar el tema con apoyo psicológico. En realidad, esto igual se trabaja con volumen de juego, jugar mucho voley en nuestro caso y competir a nivel general, para que la competencia los exponga a distintas situaciones de estrés o de catarsis donde tengan que modelar su carácter y ver cómo responden ante estas situaciones. Hay algunos que lo logran, otros no y también casos de personas que nunca les incide esta presión”.

Jaime Urrutia, entrenador de básquetbol del Deportivo Alemán, señaló que “ese tipo de situaciones no son fáciles. En el caso del básquetbol, mi deporte, el paso de los 17 para arriba, ese trecho de los 18 a los 21 años, es un tema. Hay mucha decepción porque no hay espacio competitivo. Ahora se ha ido creando uno de mejor nivel, porque hay ligas de desarrollo para que compitan, pues muy pocos pueden pasar directo al nivel adulto, pues hay un gran problema en las expectativas y el manejo emocional en la situación de tensión, y eso se gana uno con el apoyo de profesionales idóneos, como los psicólogos deportivos, y también con la competencia de alto nivel”.

Sin apuros

En algunos casos, recurrir a jugadores jóvenes no pasa por un tema de convicción, sino más bien por una necesidad puntual ante lesiones u otro tipo de inconvenientes. Jorge Facchini comentó que “no estoy a favor de quemar etapas si un atleta no está preparando. Le doy un ejemplo: Isabella Vallebuona. A los 15, 16 años ya era la segunda armadora del equipo de liga nacional, y a los 17 ya tenía protagonismo como titular, pero ella estaba preparada técnicamente y desde su mentalidad competitiva. Jugaba igual como si estuviera en su categoría”.

Al respecto, agregó que “un tema es la personalidad, la mentalidad, pues hay chicos que lo tienen a corta edad y otros lo desarrollan después, eso lo ve un técnico en el día a día. Incluso, algunos pueden llegar a competir con un equipo adulto, pero hasta cierto nivel. Ahora, darle a un joven el protagonismo de su equipo me parece que no es lo adecuado. Hay que plantearle que juega para sumar experiencia, desarrollarse y ser puntual en las tareas que se precisan de él, decirle cuál debe ser su aporte, qué debe hacer y que trate de dar lo mejor, de disfrutar el momento. Si lo va a padecer, no tiene sentido”.

Jaime Urrutia dijo que “desde mi punto de vista, la falta de nivel competitivo hace que apuremos situaciones en algunos jugadores, o la dependencia de un número menor de jugadores. En ese sentido, en los cuerpos técnicos debe haber un psicólogo deportivo y un equipo multidisciplinario que en las evaluaciones de la reinserción deportiva del jugador todos tengan comentarios al respecto. Físicamente, alguien puede estar muy bien, pero mentalmente sus capacidades no. En eso, es importante que en un cuerpo técnico haya especialistas de distintos ámbitos, lo que ayuda a que no tengamos fracasos estrepitosos con los deportistas de proyección por saltarse algún proceso”.

Psicología y rol del DT

Lo que mencionó Jaime Urrutia es precisamente algo que hoy es clave en el deporte de alto rendimiento: el trabajo mental. Por ello, los consultados aseguraron que es fundamental contar con especialistas que guíen el camino de los más jóvenes, y puedan apoyarlos en caso que las cosas no resulten bien de entrada.

“No existe el jugador perfecto, todos tenemos momentos y momentos. Como técnico, uno prepara al deportista para eso. Es normal la frustración cuando uno siente que no lo hace bien, y hay que hacerle ver que sentirse así igual es parte del juego, como a veces pasa al revés y se llena de alegría. Tiene que aprender y hay que darle las herramientas, en eso el rol de la psicología deportiva es fundamental. Por eso, tener un psicólogo es importante para convivir con distintos sentimientos, y en ese proceso está la maduración”, aseguró Jorge Facchini.

Al respecto, el entrenador de vóleibol del Deportivo Alemán añadió que “hay contextos diferentes. Por eso, el psicólogo debe trabajar con el deportista y el entrenador, y también con las familias del atleta. Dependiendo de los contextos, a veces las expectativas son muy grandes. Hoy, cada vez se hace más importante el poder identificar los elementos de apoyo a los deportistas. Quizás antes existían situaciones similares, pero no estaba tan dimensionado, era todo más natural, y de alguna manera se resolvía o se veía que un deportista no llegaba por no acceder a herramientas que hoy son más notorias, visibles”.

Evelyn Bastidas, entrenadora de hockey del Club Amanecer, señaló que “es un tema que es súper complejo, y a la vez se requiere con urgencia que se le tome la importancia que tiene. Principalmente, se relaciona con los entrenadores, con su formación, se necesita que tengan una preparación en psicología deportiva que permitan lidiar con este tipo de situaciones que son más comunes de lo que uno piensa, sobre todo considerando el impulso que ha tenido el deporte en nuestro país el último tiempo”.

Además, recalcó que “vivimos en una sociedad sumamente competitiva, con jóvenes que en general son poco tolerantes a la frustración. Ante eso, deben estar dirigidos por personas preparadas que siempre tengan las respuestas apropiadas en esos escenarios. Por eso, siempre he dicho que los municipios deben contar con equipos multidisciplinarios para trabajar con los diferentes clubes y entidades deportivas de cada comuna. Un equipo donde haya un kinesiólogo, un psicólogo deportivo, un terapeuta ocupacional, un nutricionista y una vez al mes hagan visitas a los clubes de su localidad. Creo que no es tan utópico para darle la relevancia al apoyo que se requiere”.

Bastidas también destacó el papel del entrenador. “La parte emocional es clave para que un deportista pueda seguir creciendo, más aún en un país como el nuestro, donde la mayoría de las disciplinas son amateur. Los jóvenes deben seguir estudiando, ir a la universidad y responder en sus deportes. Además, la mayor parte del alto rendimiento se concentra en Santiago, y quienes son de regiones deben viajar. A eso, agrégale el desgaste físico del deporte, lo académico de colegios y universidades. Entonces, lo mental es muy relevante, y en las edades de iniciación deportiva es fundamental que los entrenadores sepan manejar estas situaciones. Muchas veces cometemos el error de querer ganar siempre, de llevar a nuestros deportistas a lo más alto, sin importar el costo que esto tiene. E insisto que ahí el rol de los técnicos es muy importante, de cómo abordar estas situaciones y además debe ser el encargado de educar a los padres del deportista, lo que es súper importante. Debe ser una triada entre el deportista, técnico y familia, sobre todo si son menores”.

Qué hacer ante el error

Al tener que tomar mayores responsabilidades, es hasta normal que un deportista cometa errores por la presión que significa estar en otro escenario, con más ojos analizando su rendimiento. Para Guillermo Jiménez, en este tipo de situaciones “creo que la solución viene antes. Uno tiene que identificar, como entrenador, si el partido, la competencia, es adecuada o no para las características emocionales del deportista, y ahí definir si hacerlo jugar o no. Ahora, si ya se tomó la decisión y lo está haciendo mal, primero buscar soluciones dentro del juego para que pueda salir de esos errores y, dependiendo de las características del deportista, ver si es mejor sacarlo o no. Por eso es difícil dar un respuesta concreta sobre esa situación, porque hay muchos factores a considerar antes de tomar una decisión…Ver el perfil del deportista, pues hay algunos que no les hará bien salir, otros sentirán alivio, entonces es todo muy particular en cada situación”.

Al respecto, agregó que “de repente, el anhelo de querer responder rápido, de aprovechar LA oportunidad que tienen genera estas emociones que a lo mejor es algo del momento simplemente y no es algo recurrente en su vida. Hay que acompañar al deportista, observar mucho sus comportamientos en los entrenamientos y no apurar los procesos, que viva su etapa formativa progresivamente, no de golpe. Hay exponentes en distintas disciplinas que a corta edad rinden a un alto nivel, pero son las excepciones a la regla”.

Por su parte, Jorge Facchini destacó que “un joven yo creo que no hay condicionarlo con un resultado, su incorporación debe ser paulatina, sin asumir el protagonismo, que es para la gente de experiencia, ya establecida. Debe incorporarse de a poco, hay que acompañarlo. La diferencia del voley, por ejemplo con el fútbol, es que uno puede ir haciendo jugar de a poco a alguien, ponerlo en el inicio de un set, que vaya jugando, y cada vez extender más su participación hasta darle la posibilidad de disputar un set o bien el cierre de algún parcial”.

Sobre su visión, detalló que “a las jugadoras jóvenes, por ejemplo, le damos lugar primero donde ellas puedan desempeñarse en su máxima expresión del momento. Por ejemplo, que empiecen a jugar en la categoría todo competidor, pero en el orden regional, que es diferente al nacional. Disputar un torneo en esa serie con las jugadoras adultas en el torneo de la asociación, y por el nivel de competencia hay equipos con los cuales nos enfrentamos donde ellas pueden jugar y hay otros donde van a estar menos en cancha. Y a nivel de liga nacional es aún más complicado”.

Saltar a desafíos mayores

A cierta edad, que varía dependiendo del deporte, tanto el propio atleta como su entrenador se plantean si es momento para pasar a la categoría adulta. Según los consultados, este proceso debe darse, idealmente, de forma paulatina, segura y gradual.

“Cuando hablamos de categorías menores, Sub 16 hacia abajo, creo que es súper importante que los entrenadores respeten las edades de los jugadores, que estén en su serie. Si no pasa eso, puedes ‘quemarlos’, se agotan y varios pueden quedar a mitad de camino. Cuando un deportista ya pasa a una categoría juvenil, junior o Sub 18, pienso que es súper bueno darle minutos en una categoría adulta, sobre todo si tiene las competencias. Ojo acá: muchas veces, como entrenadores nos equivocamos. Hay que ser súper responsable a la hora de elegir a quienes tienen proyección. Muchas veces, hay jugadores que no tienen tanta proyección y se pueden generar falsas expectativas que son complicadas de trabajar, sobre todo para los adolescentes”, señaló Evelyn Bastidas.

Además, la entrenadora del Club Amanecer destacó que “en las series menores quizás puedes pasar en algún entrenamiento puntual a algún chico o chica a una categoría superior, más que nada para que vea cosas de ritmo, timming, gane experiencia, pero que tengan claro que esa no es su serie. La edad para que un chico comience un proceso más selectivo, más de alto rendimiento, es de los 14, 16 años hacia arriba. Eso igual se debe trabajar con los padres, con la familia, es muy importante su apoyo en ese proceso. A veces tenemos jóvenes muy talentosos, de muchas condiciones, pero sin el apoyo familiar no es mucho lo que se puede hacer”.

Jorge Facchini indicó que “personalmente, creo que tiene que haber ciertas características técnicas, tácticas y psicológicas para poder incorporar a los jóvenes a los equipos adultos. Hay que hacer pasos, llevarlos de a poco, darles ciertas competencias de preparación, donde va a aumentando la presión en el juego y evaluar su evolución. Algunos llegan y pueden establecerse; es más, alcanzan rendimientos superlativos, superando las expectativas, y otros van más de a poco. En el seguimiento está la clave. En el deporte profesional igual hay otras variantes, donde la principal es la económica, donde es clave una evaluación de un cuerpo técnico a la hora de proyectar y darle lugar al deportista”.

Etiquetas