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Elías Parra: en el agua escribe una historia que no tiene fin próximo

Estudiante de Tecnología Médica de la U. Andrés Bello, el oriundo de Bulnes tiene un vínculo especial con la natación, deporte al que llegó siendo un niño y donde ha resaltado en diferentes etapas. Adesup ya sabe de todo su talento.

Por: Samuel Esparza 21 de Noviembre 2022
Fotografía: Elias Parra

Fue en aguas de la Laguna Avendaño, en plena cuenca del río Itata, que Elías Parra (24) dio sus primeras brazadas. Era un pequeño que se empinaba recién por los cuatro años, pero vaya cómo le atraía esa inmensidad que se movía por obra del viento y que lo hacía flotar por horas enteras bajo el intenso sol chillanejo en épocas de verano.

“Mi papá era buzo rana de una pesquera, así es que me inculcó desde siempre el cariño por el agua, diría que es casi una cuestión genética”, dice a modo de explicación sobre su gusto por la natación.

Gusto que no siempre pudo desarrollar, principalmente por la imposibilidad de acceder a una piscina. “Tenía ganas de nadar, pero no estaban los medios suficientes para costear la mensualidad de una piscina, en ese tiempo en Concepción solo estaba la Ymca pero económicamente era inalcanzable”, reconoce.

El traslado de su familia a Ñuble fue lo que abrió una puerta inesperada para que Elías diera rienda suelta a su pasión deportiva, tal como él mismo relata. “Nos fuimos a Bulnes con mi familia, me matricularon en tercero medio del Liceo Darío Salas de Chillán y resulta que tenía una inmensa piscina, así es que me inscribí al tiro en el taller. Ahí conocí a la profesora Diana Muñoz, que cambió mi vida”, sostiene con seguridad.

“Me enseñó todo lo que sé de natación, es la persona que me marcó. Ella abarcó todo, no solo formaba al nadador sino era hasta psicóloga. Apenas me vio en la piscina, identificó mis habilidades y lo que me faltaba. Me enseñó la técnica de todos los estilos. Antes creía que nadar era bracear, sacar la cabeza e ir hacia adelante. Pero con ella entendí cómo hay que entrar la mano, cómo debe ser el pataleo y los giros, todo”, complementa.

Aquello fue decisivo para Elías, que rápidamente pasó a tomar estatus dentro del circuito escolar, al punto que con el tiempo fue seleccionado para representar a la Región en los Juegos Binacionales de La Araucanía.

“Esa fue una experiencia súper especial. En 2016 me tocó ir a Neuquén, Argentina, y al año siguiente competí en Concepción. Tremenda competencia, muchos jóvenes, y aunque no había mucho qué hacer frente a los argentinos, siempre valoro que respondí y bajé mis tiempos”, recuerda.

Brazadas universitarias

Elías Parra ya había marcado el camino que quería junto al deporte, y por eso en 2017 eligió el Instituto Virginio Gómez para estudiar Técnico en Enfermería. Gracias a eso pudo representar a la UdeC en Adesup, bajo el mando técnico de Juan Veloso.

“Fue otro paso importante porque significaba entrenar y competir a nivel universitario. Considero que la natación es de los deportes donde más cuesta destacar, y es tan completo que nunca se deja de aprender. Hay que aplicar técnica, conocer cómo funciona el cuerpo en el agua, controlar desde la entrada de la mano al agua en adelante. Todo cuenta para el tiempo final, hasta la mentalidad, y una competencia como Adesup contribuye en todo”, manifiesta. Y añade, “hasta el día de hoy es complicado para mí este deporte, comencé en 2014 y hasta la fecha sigo aprendiendo”.

Sin embargo, la pandemia paró en seco ese cúmulo de experiencias competitivas, afectándolo de manera especial sobre todo porque como profesional del área de la salud, debió colgar el traje de baño, calzarse la bata y salir en ayuda de los contagiados.

“Fue una época extremadamente dura, hubo mucho qué hacer, pero también harto que ver, en esa época no había vacuna por lo que la enfermedad era muy mortal”, recuerda.

En lo deportivo también fue complicado, durante dos años desapareció la emoción y nervio de competir, y lejos del agua Elías se desmotivó. “ Dejé de hacer actividad física y me dediqué solo a trabajar”, cuenta.

Pero este año 2022 está viviendo una especie de revancha, desde otra carrera y con las ganas renovadas. “Entré a estudiar Tecnología Médica a la Unab, así es que apenas se abrió el cupo en la selección de natación me presenté y quedé de inmediato”, destaca.

Y ya tuvo sus primeras competencias, con las primeras fechas de las Ligas Deportivas de Educación Superior, desarrolladas justamente en la Unab y en la Isla Quiriquina. “Ojalá haya más competencia, tenemos una selección fuerte de 18 o 19 deportistas que siempre estamos listos para competir. En estos torneos todos logramos medallas, hubo una gran actuación, la gran mayoría consiguió al menos un oro”, resaltó el deportista que se colgó cuatro oros y una plata en sus pruebas favoritas como son los 50 metros mariposa, libre, posta combinada y 50 metros posta libre.

“No poder competir desmotiva bastante, en cambio la competencia hace muy bien. Me encantaría que haya más convocatoria a nivel regional, poder salir como lo hace la UdeC que siempre van a competir a todo Chile. Ojalá nosotros también podamos hacer lo mismo, tenemos un gran nivel y estamos capacitados para demostrarlo con los colores de nuestra universidad”, concluye el fanático del multicampeón olímpico Michael Phelps, y admirador del nadador local, Benjamín Quintanilla, otro que también salió del Darío Salas de Chillán.

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