La ausencia de Sebastián Navarro en el partido ante Cauquenes se notó. Sin el zaguero y con Ambiado en la banca, los lilas perdieron en porte, lo que se notó en los balones detenidos y finalmente se devolvieron con un impensado 0-3 en la maleta. Pero la baja del defensor no será solo por este encuentro y eso encendió las alarmas en Deportes Concepción, que debe analizar bien su caso o la posibilidad de buscar un reemplazante, lo que no sería nada fácil, por la buena dupla que ha formado con Riveros.
Lo de las dolencias lumbares no es nuevo para el central que llegó desde Santa Cruz. Ha jugado así prácticamente todo el año por la presencia de una hernia que no le imposibilita jugar y hacerlo en su mejor nivel. El problema viene después de los partidos, cuando el dolor ya se torna insoportable y últimamente le estaba afectando a otras zonas del cuerpo. Por eso no pudo estar en Talca y rápidamente comenzó su recuperación con sesiones en el quiropráctico.
Y lo que se veía muy oscuro y casi incorregible ha tenido mejores resultados de lo esperado y ahora en la tienda morada se ilusionan con que Navarro solo se pierda un par de encuentros y pueda volver sin necesidad de operarse. Para ello evaluarán los avances que el jugador tenga durante esta semana. Lo mínimo serán un par de juegos fuera y, en caso de que el cuerpo médico definiera que no está para el resto de la temporada, los lilas sí se reforzarían porque esto abriría una ventana económica por llenar. Por ahora, en el “León” prefieren ser cautos y optimistas.
¿Y Joaquín Verdugo? El volante abandonó con molestias en la derrota con Cauquenes, comenzando el segundo tiempo. El lunes se sometió a una resonancia que aún espera resultados, pero los síntomas que se advierten hacen pensar en un desgarro o microdesgarro. Lo seguro es que no estará ante Trasandino.
Eso tal vez signifique la vuelta de Fabrizio Manzo a las citaciones luego de 7 partidos de ausencia, desde la lesión a la rodilla contra General Velásquez.