Estudiante de Pedagogía en Educación Física de la U. San Sebastián repasa sus años en el deporte, específicamente el fútbol. Con el apoyo de su familia y su casa de estudios, Fabiana disfruta sus últimos torneos en Adesup dejando amigas que son casi hermanas.
Es una de tantas chicas que heredó el deporte por tradición familiar. Fabiana Pedreros es alumna de la U. San Sebastián, tiene 25 años y está muy cerca de terminar Pedagogía en Educación Física.
Se le oye con entusiasmo cuando recuerda y repasa sus años ligada al deporte, específicamente al fútbol, una disciplina que conoció desde pequeña viendo a su padre Leonel jugando profesionalmente por el “Almirante” Arturo Fernández Vial. “Desde ahí partí, como en quinto básico más o menos. En esa época casi no había equipos ni torneos femeninos, de hecho entrenaba en una escuela de Huachipato, pero con hombres. Recién ahora, hace como seis años, se ha masificado el fútbol femenino”, cuenta Fabiana.
Por esos días, en el Colegio Los Acacios, Fabiana disfrutaba dentro de la cancha practicando cualquier deporte, pero específicamente uno que no era fútbol. “Mi favorito y que no pude dedicarme, es el hándbol. Fui preseleccionada en 2012, pero por temas económicos tuve que dejarlo porque debía viajar todos los viernes a la concentración en Santiago. Era muy complicado y no pude dedicarme a eso”, confiesa.
Sobre sus años como estudiante a nivel escolar y el crecimiento que fue teniendo con el paso de los años, Fabiana agregó que “participaba en torneos de la universidad y ese fue un punto importante, porque la “U” brindó un espacio a las comunas de la zona para que varios colegios nos pudiésemos encontrar. Hoy no se realiza, pero el torneo de la USS era fuerte. Luego me cambié al Colegio Amanecer de Talcahuano y ese tenía un proyecto más ligado al deporte. Ahí hubo más instancias para jugar y competir. Ligado a eso, con el tiempo, pude optar a una beca para entrar a estudiar”.
Ya en 2017 y a nivel universitario, Fabiana no llegó como una más. Entre risas, asegura que “era como figura entre comillas, al estar becada, por lo que de inmediato empecé a participar de Adesup con rivales muy fuertes como UdeC y la Ucsc. Me enfrenté a un nivel mucho más alto, fue diferente y brusco el cambio. Entrené duro, lamentablemente me lesioné por la alta competencia, estuve parada un tiempo, luego me incorporé y seguí jugando de titular”.
¿Y cuál es su puesto en cancha? Fabiana se toma unos segundos para responder y afirma que “pasé por varias posiciones. Al principio me pusieron de delantera, aunque juego más al medio en la creación y también de contención. Los profes me ponen en los puestos que ellos creen voy a funcionar”. Y como tal dijo ella, en un campeonato de alto nivel con equipos fuertes como la UdeC y la Ucsc, la temporada 2019 fue una de las mejores para la USS y su equipo de fútbol, aunque no pudo tener el broche de oro. “En 2019, junto a la U. de Conce, clasificamos al nacional que se iba a jugar en Punta Arenas, pero por el estallido social se canceló todo y no pudimos competir. Era la segunda vez que el equipo clasificaba a un nacional y mi primera vez en una instancia así. Fue duro lograr la clasificación, porque el nivel competitivo era alto, pero peleamos hasta el último y lo conseguimos”.
Los beneficios que el deporte trae son muchos, aun más en el ámbito universitario. Fabiana, al respecto, destaca que “es todo para mi, porque se vincula a mi quehacer profesional y es un espacio donde he conocido gente, formando grandes amistades. El deporte es una instancia que pongo como prioridad ante muchas cosas y disfruto mucho. Estoy a punto de egresar y el apoyo que me ha brindado la universidad ha sido clave. Ante cualquier partido he tenido justificaciones para cumplir con lo extra académico, nunca hubo problemas y siempre me apoyaron con todo. Además, las personas que conocí son excelentes, más que compañeras son grandes amigas y a muchas las considero parte de mi familia. Lore, Kari, Pame, Vari, los profes Alejandro Osses, Alejandro Burgos y Reinaldo González”.
Y si de agradecer se trata, párrafo aparte y especial para su familia. “Mi padre Leonel ha sido mi mentor y guía que me aconseja, va siempre a mis partidos al igual que mi mamá Marcia. Mi hermana Romina es profesora de educación física y también es fundamental, al igual que mi cuñado Juan Silva y mi pareja, Eduardo Toledo”, cerró.