Dos errores del portero Merino complicaron en demasía un duelo que ya era duro, pero el Almirante resistió el empate corriendo más que su rival. Matías Ávila se comió la cancha.
Este era un partido para ganar, dejar último a Barnechea y despegarse del fondo de una buena vez, pero el portero Gustavo Merino cometió dos errores demasiado grandes y Fernández Vial terminó corriendo para sumar un empate que no vino tan mal. Matías Ávila fue la figura, corriendo como si no hubiera mañana. Lo mismo Harbottle, Diego Sanhueza y las buena tarea de los centrales en la segunda etapa. La “Maquinita” desperdició una buena opción, pero la gente aplaudió su entrega en este 1-1.
Barnechea entró consciente de que se jugaba terminar el día como colista, más aún, después del 2-1 de Cobreloa sobre Magallanes. Y se notó. El partido se jugaba al ritmo de Boris Sagredo, juntándose constantemente con Gutiérrez, por el lado izquierdo. A Vial le costaba hacer pie y la apertura de la cuenta vino por donde más duele.
Un tiro libre que regaló Solano cerca del córner fue despejado de cabeza. Alto y sencillo para un Gustavo Merino que no se despegó del suelo. El espigado Roger Cañas llegó, a los 8’, a empujar de cabeza este grosero error defensivo.
Por fortuna y con ganas, los aurinegros empataron pronto, a los 19’, con un balón parado en que Sanhueza buscó a Jeri Carrasco, como de costumbre. El defensor fue inteligente saliendo del centro del área, ganó y pivoteó a Bastián Solano, quien batió a González con testazo frontal.
A Vial le costaba tener la pelota y la visita centraba y centraba. Además, ganaba por aire y prueba de ello fue Cañas desviando una “palomita” bajo el arco y una entrada frente al arco de Flores que desató la furia del técnico Claudio Rojas. Al Inmortal le ganaban las bandas y también la recepción del centro.
Pero el local terminó bien la primera etapa porque en los últimos quince minutos al fin apareció Fabián Espinoza y un tremendo pase suyo casi termina en gol de Kevin Harbottle, tras enganchar un zaguero. “Chirigüe” remató y fue trabado por otro central y así terminó Vial, juntándose más y con el público encendido. La gente respondió en cantidad y aliento.
Sanhueza y compañía volvieron del camarín, pero recibieron otro puñetazo de entrada. Peor que el otro. Merino tenía una pelota fácil para despejar con el pie, le dio mal y dejó a Felipe Flores en posición de gol. Entraba solo, tuvo que derribarlo y se fue expulsado. Terrible. Tarde para el olvido del portero y no es la primera.
Rojas reubicó las piezas sacando a Ávalos. Eso significó que Espinoza volanteara pegado a la línea con muchas tareas defensivas y lo hizo bien. Matías Ávila y Diego Sanhueza se desdoblaron y corrieron como si Vial no tuviera diez. Sepúlveda se fue a la izquierda y Harbottle era el único punta por si salía un buen pelotazo de contra.
Barnechea atacaba por todos lados, pero no encontraba espacios para rematar frontal a Felipe Yañez. Solano y Carrasco se hicieron impasables, muy bien apoyado por los laterales. ¿Y qué tal el arquero? Muchas seguridad para contener un potente cabezazo de Cañas y un zurdazo bajo de Sagredo, en ambas sin dar rebote. Vial luchó, corrió, sudó. Espinoza y Sepúlveda salieron reventados de tanto correr y eso pide la gente. Sumó uno y avanza, aunque sea de a poco.