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Pedro Rubilar: el cañonero que alista su salto a redes universitarias

El alumno de cuarto medio del Colegio Almondale Lomas, se viene erigiendo como uno de los grandes delanteros del campeonato escolar. Desde ese lugar, se entusiasma con poder llevar sus goles a Adesup, su próxima estación.

Por: Samuel Esparza 14 de Junio 2021
Fotografía: cedida

No hay ‘zurdo malo’ reza uno de los adagios más populares en el fútbol. Y Pedro Rubilar (18 años) parece empeñado en confirmarlo como uno de los más destacados participantes del Campeonato Adicpa, donde en los últimos años viene rompiendo redes con su potente pierna izquierda.

Alumno del Colegio Almondale Lomas, establecimiento donde cursa cuarto medio, el joven penquista respira fútbol desde que tiene memoria. “La verdad es que juego de niño, primero con la familia, con mi primo Pedro García, que jugó en Deportes Concepción, con mi hermana Catalina Rubilar, que también es deportista y jugó en Fernández Vial. Salíamos aquí a la cancha a jugar, entonces siempre la pelota estuvo presente en mi vida”, comenta.

Cursaba quinto básico cuando ingresó a la selección de su colegio, transformando esos juegos de barrio en una constante ahora acompañando sus estudios. El torneo escolar lo recibió con las puertas abiertas y él supo responder a la altura. “Empecé como lateral izquierdo porque a esa altura lo único que quería era jugar y tenía que adaptarme, después pasé por el puesto de volante y terminé como delantero. Igual hice otros deportes en el colegio, pero me quedé con el fútbol de todas maneras”, recuerda.

Su buena visión de juego lo fue haciendo un imprescindible en el equipo de su institución. Al mando del profesor Cristián Casas, se fueron haciendo un nombre en la liga como uno de los elencos a vencer. Así fue como estando en la Sub 16 lograron quedarse con el tercer lugar del circuito.
Aunque más allá de eso, lo más importante y para lo que se preparaban de manera especial, eran los clásicos ante el Almondale San Pedro, tal como reconoce. “Esos eran partidos aparte, lo esperábamos de otra manera y nos jugábamos toda, había que mojar la camiseta. Se vivían intensamente tanto adentro como fuera de la cancha, era un show”, sostiene.

En la transición

Pronto a despedirse de su etapa escolar, Pedro reconoce la importancia que para él ha significado jugar Adicpa. “Entrega muchas cosas, desde la responsabilidad de poder conllevar estudios y deporte, y de tener competencias todos los fines de semana, eso entrega hábitos que seguramente me ayudarán bastante en la época universitaria, que es lo que se viene”, sentencia.

Y es justamente ese paso que se avecina, el salto a la educación superior, en donde Pedro coloca sus fichas siempre acompañado por el fútbol. “Ya me estoy preparando para lo que será esta nueva etapa en mi vida, el ingreso a la universidad. Me gustaría inclinarme por Ingeniería Mecánica, es lo que quisiera estudiar y en ese sentido, la idea es seguir ligado al fútbol. Primero, porque el deporte es parte fundamental para mantener una vida sana. Y segundo, por lo que significaría ingresar ojalá ayudado por una beca deportiva. Creo que es casi una forma de retribución por lo que uno se ha sacrificado también”, expresa.

“Sería motivante mantenerme en mi etapa universitaria practicando un deporte tan lindo que es el fútbol, está el campeonato Adesup que tiene un nivel bastante alto, con equipos muy buenos y por supuesto que me gustaría estar ahí representando a alguna universidad de la zona”, añade.
Por lo pronto, Pedro cuenta los días para que por fin la pandemia vaya en baja y poder volver a las canchas donde tan feliz se siente. “Estos meses han sido difíciles, hay un cansancio obvio por las cuarentenas, uno extraña el deporte. Por eso, cuando pasamos a fase dos, de inmediato hicimos ‘pichangas’ con los amigos, estábamos desesperados por salir a hacer deporte, uno está acostumbrado a tener una vida sana y el cuerpo pide hacer deporte. Ojalá esto pase pronto, ojalá volvamos a la normalidad y las canchas se llenen otra vez de jóvenes jugando”, manifiesta.
Porque Pedro respira fútbol y lo que más anhela es poder volver a marcar esos goles de cañonazo con zurda cruzada y pelota arrastrada, su sello personal que lo hizo conocido en Adicpa. Ese tiro con el que ahora sueña romper todas las redes universitarias, tal como lo hacía de niño en el patio de su casa, donde aprendió a querer la pelota.

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