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Toma las piezas y los de enfrente empiezan a caer uno a uno

Hualpenina de los Sagrados Corazones ha ganado varios torneos a nivel local y dos veces nos ha representado a nivel nacional. Dice que aún siente nervios... Hasta que piensa, ejecuta y mete miedo.

Por: Paulo Inostroza 01 de Marzo 2021
Fotografía: Gabriela Manríquez

Es amable. De pocas palabras, pero ideas claras. Parece tímida, pero pásenle el tablero y las piezas para que vean cómo se hace camino. Gabriela Manríquez tiene 14 años, defiende a los Sagrados Corazones a nivel Adicpa y dos veces ha representado al ajedrez del Biobío en los Nacionales escolares. La pandemia frenó la competencia, pero recién entrando a la Enseñanza Media tiene muchos triunfos por dar.

Pasó a Primero Medio con promedio de notas 6,6 y cuenta que “no hubo otro deporte antes. Siempre fue el ajedrez, desde que estaba en Segundo Básico. Me metí en un taller, por un amigo que tenía y me fui entusiasmando de a poco. Veía esto del ajedrez y tenía algo que me llamaba la atención, me gustan las jugadas que se pueden hacer, los movimientos que uno debe trabajar, me gusta que sea tan mental porque no es algo tan deportivo. Como sea, es harta práctica, una va mejorando mientras más juega y practica. Como todo deporte”.

Entre sus maestros recuerda a “el Profesor Daroch, del colegio, también Hernán Manríquez y Roberto Alarcón. Aprendí mucho de todos ellos”.

¿Y cómo ha cambiado desde que empezó hasta ahora que es una figura importante a nivel local? Gabriela confiesa que “cuando chica me ponía nerviosa cada vez que me tocaba jugar y creo que todavía. No tanto, pero siempre están esos nervios. He participado harto en Adicpa y ya tuve que viajar a dos Nacionales, en Osorno y Temuco. Fue una bonita experiencia, viajar, conocer gente y el nivel con que te encuentras allá es el mejor, todas juegan muy bien y se aprende de ese roce. De jugar con las mejores”.

Sobre su futuro o qué sueños tiene en esta disciplina, asegura que “no he pensado mucho adónde me gustaría llegar con el ajedrez, pero claro que sería lindo representar al país, por ejemplo. Acá, en la rama de ajedrez, tenemos buen equipo y con los rivales también nos conocemos, algunos ya se hacen amigos. Sí tengo claro que me gustaría estudiar Medicina. A mis papás les gusta jugar ajedrez, también unos tíos. Eso también ayuda”.

 La mamá no falla

Marcia Escares es la entusiasta mamá de Gabriela. Está siempre y explica que “acá el ajedrez nos encanta, los dos papás también jugamos, pero un nivel básico, más entre nosotros. Me gusta que ella se dedique harto a esto, es una distracción bonita. Ahora, con la pandemia, también puede jugar en el computador aunque le gusta mucho más lo presencial. Estar con otras personas”.

¿Qué beneficios trae este deporte a los niños? “El ajedrez les ayuda mucho a la concentración. Veo a mi hija y creo que enseña a ser responsable, porque tiene que cumplir normas de tiempo, ser disciplinada, honesta, hay un respeto que comienza desde darse la mano con el rival antes de un partido. No es tan físico, pero todo los deportes ayudan mucho”.

Por último, comentó que “no me pierdo ningún partido de mi hija, me encanta. Sí me pongo nerviosa porque siempre quiero que gane. Ahora, verla entrar a un Nacional es un orgullo gigante, hinchados total como familia. Fue quinta en Temuco. Imagínate. Como sea, más que grandes aspiraciones, me interesa que llegue donde ella quiera, que sea mejor cada día y que disfrute lo que hace. Que sea feliz”.

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