Votó todo el equipo de Deportes y hubo 7 nombres que tuvieron unánime aprobación. Los otros, todos discutibles, como cada equipo ideal. Estos son los mejores de la temporada, sólo con los de la zona.
Gustavo Merino: estuvo en todos los partidos de Vial y fue el segundo arquero menos batido de la serie con sólo 19 tantos en contra en 22 partidos. Prenda de garantía y vital en los momentos en que Vial anduvo peleado con el gol y ganaron por mantener el cero atrás.
Simón Ramírez: junto a Andía, los mejores laterales derechos de la liga y arma fundamental del ataque auricielo. Su ausencia se notó en el partido contra Colo Colo. Su paso por Portugal lo devolvió convertido en un jugador con roce, maduro y a los 22 años ya parece hecho para desafíos mayores. Marcó 3 goles y estuvo en 33 juegos.
Kevin Hidalgo: fue el pilar de la zaga de Vial, incluso, cuando Carrasco todavía no se afirmaba. Anuló a Vargas en el primer clásico y lo sacó de sus casillas. Bravo, bien ubicado y valiente en los cruces. Sólo se perdió un juego y fue capitán cuando no estaba Sanhueza. Temporada consagratoria.
Nicolás Ramírez: partió en el club como un valor de proyección, pero formó junto a Tapia una tremenda dupla de centrales, la más joven del torneo chileno. Bueno por aire, simple por bajo y de pocos errores, muchas veces fue elegido como figura en las transmisiones televisivas y Reinaldo Rueda lo llamó a sus microciclos.
Leandro Díaz: importantísimo en el esquema de Acevedo y en el buen cierre con Balladares. Lateral izquierdo de gran recorrido que llega a ambos costados de la cancha como si nada y con claridad para terminar la jugada. Jugó 33 encuentros, anotó 3 goles y a ratos terminó como puntero izquierdo. A sus 21 años, rechazó ofertas del exterior y suena en clubes grandes.
Felipe Loyola: la gran revelación de la temporada. Llegó para sumar minutos como juvenil y, pese a todos los cambios y gran plantel, nadie pudo sacarlo. Pieza clave, piernas jóvenes de un tipo que juega como si fuera un experimentado. Por varias fechas debió parchar como central y también respondió a la perfección.
Claudio Sepúlveda: es tan correcto que a veces no se nota mucho. Es que se equivoca tan poco. Pero la zona media, la más irregular de Huachipato, parte por un Sepúlveda que quita, se ubica bien y siempre es salida clara desde atrás. Estuvo en 32 partidos y, además, anotó en 3 ocasiones.
Cristóbal Vargas: apareció en la parte final de la campaña lila y la pregunta era ¿por qué no llegó antes? De los pocos que aportaron fútbol en un equipo que siempre se saltaba la zona media. Volante de salida limpia y buen pase, que no pudo estar en el desastre ante Vallenar. Marcó un gol.
Kevin Harbottle: apagado en la “Era Garcés” y una bomba en la “Era Rojas”. Ahí se transformó en capitán y goleador (9 tantos) de un equipo que le faltó poco para el ascenso. Para el recuerdo, los dos goles a D. Concepción y el tanto desde mitad de cancha en Santiago. De borrado a capitán y figura.
Juan Sánchez Sotelo: no es de dobletes ni tripletes, es un goleador regular y confiable, incisivo. Un tipo que necesita una o dos para marcar. No más. Fueron 15 goles en 30 partidos y no siempre con muchas asistencias claras.
Cecilio Waterman: cuando la UdeC no caminaba, siempre marcó. Jugaba arriba y no sólo era anotador: aguantaba, habilitaba bien y terminó lleno de confianza. Fueron 16 tantos en un año inovidable.
